Incendio sin precedentes en Los Ángeles: decretan el estado de emergencia y evacúan a 30.000 personas

Varios incendios avanzan sin control en el oeste de Los Ángeles. A su paso, ha destruido barrios enteros y ha obligado a evacuar al menos a 30.000 personas. Según informa Álvaro Berro y Sara Canals, el fuego ha pasado muy rápido a las viviendas y el gobernador de California, Gavin Newsom, ha decretado el estado de emergencia.

El incendio sigue avanzando con mucha virulencia en Los Ángeles y los bomberos ya dan por imposible contenerlo esta noche. Ahora, están centrados en evacuar y salvar vidas, una tarea complicada por el clima seco y las ráfagas de viento de 160 kilómetros por hora. "Cientos de bomberos adicionales se dirigen al sur para sumarse a los más de 1.400 efectivos que están en el terreno", informa Newsom en redes sociales.

Un incendio en Los Ángeles obliga a evacuar a 30.000 personas

A los fuegos declarados el martes en Pacific Palisades y en Eaton Canyon, se suma un tercer incendio en Hurst. Los bomberos siguen echando agua a los edificios y las casas que terminan calcinadas por las llamas. El viento y las temperaturas hacen imposible apagar el incendio. El fuego salta de tejado en tejado y consume viviendas como si fueran de papel.

Los vecinos graban los instantes en los que el fuego se acerca a sus casas. Con la alarma de fondo, unos jóvenes salen de su casa aceptando que no hay nada que hacer. El barrio entero es un infierno con árboles en combustión, humo negro y brasas. En silencio, otro hombre graba cómo las llamas devoran su jardín y se gira para intentar tranquilizar a su compañero y a su perro. Otra señora intenta con una manguera refrescar su casa. El seguro le ha cancelado la póliza de incendios hace poco y lleva 75 años en la vivienda.

Las llamas se han expandido en más de 1.000 hectáreas

Los vecinos salen corriendo desorientados en una bruma oscura mientras el fuego deja al aire las estructuras a punto de caer. El origen de los tres focos está bajo investigación mientras el Gobierno federal y el presidente estadounidense, Joe Biden, siguen de cerca la evolución de la situación.

El incendio forestal, alimentado por el fuerte viento y la poca humedad, ha pasado de las colinas a las viviendas a una velocidad terrorífica. En pocas horas, se ha expandido en más de 1.000 hectáreas en zona urbana. A pesar de los esfuerzos, ha sido imposible frenarlo incluso con aviones descargando en barrios residenciales. El viento se ha convertido en un potente flujo de brasas y llamaradas que han saltado de estructura en estructura. 

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