Blanca Ojanguren, de 22 años, estaba en el santuario de elefantes de Koh Yao en en la isla de Yao Yai (Tailandia), cuando uno de ellos le clavó el colmillo y murió. Esta actividad es muy ofertada y demandada entre los turistas. La sombra de las mafias de explotación está detrás y ponen en duda la seguridad tanto de las personas como de los animales, según informa Alejandro Oviedo y María Pérez.
En Tailandia, además de por su cultura y arquitectura, las grandes atracciones con animales inundan las redes sociales. "Los ofrecen todos los viajes de Tailandia. Es muy habitual, lo hace el 90%", afirma Silvia Herráiz, directora de 'Barcelona travel'. Entre los animales que más destacan son los tigres y los elefantes.
Bañarse con estos animales es una experiencia que ofrecen una gran cantidad de touroperadores y agencias de viajes. Pero aunque estos lugares tienen la palabra ‘santuario’, no todos son iguales. El Departamento de Parques Nacionales de Tailandia calcula que más de 4.000 elefantes salvajes viven en los santuarios, parques nacionales y reservas naturales del país.
Blanca era una joven estudiante que cursaba estudios de Derecho y Relaciones Internacionales en el campus de Pamplona. Ella estaba dándole un baño a un elefante en un centro de paquidermos cuando el animal reaccionó de manera inesperada y la atacó, clavándole uno de sus colmillos. Aunque recibió atención médica, falleció a causa de las heridas. "El animal seguramente se sintió atacado o amenazado, no estaría con el espacio ni las condiciones adecuadas. Lógicamente, el animal se defiende", apunta Natalia Maqueda, experta de 'Safari Madrid'.
Y es que es importante tener en cuenta que, aunque estén en santuarios, hay que saber dónde les podemos visitar. "Ha hecho mucho daño el poder compartir una imagen con un animal salvaje, depende del entorno que tenga, ensalza tu figura", lamenta Joaquín de la Riva, experto en experiencias 'Aventura'. "En los santuarios de los tigres, los animales están drogados. Nosotros eso no lo hacemos, no vamos a compartir una experiencia así", añade.
Los santuarios verdaderamente éticos van a primar el bienestar del animal manteniendo al mínimo el contacto con las personas, es decir, nada de actividades para entretenernos y nada de baños. Porque muchos buscan monetizar a costa del maltrato.
Pero si decide bañarse con ellos, hay que tener en cuenta unos consejos. "Siempre que el animal te vea normalmente por el costado, que no te vea tan de frente ni te encuentre rápidamente por detrás", resalta Maqueda. Y es que se deben seguir las indicaciones de los responsables. En los últimos 12 años, se han producido 240 muertes a causa de ataques de elefantes salvajes, incluidas 39 víctimas mortales en 2024, según datos del Departamento de Parques Nacionales.
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