‘Las viviendas suicidas’ son casas que desafían la gravedad en La Paz, en Bolivia. Los chamanes viven en ellas y se niegan a dejarlas. Las temperaturas cada vez más elevadas y las lluvias torrenciales hacen temer a las autoridades que aquí ocurra una catástrofe.
Cientos de casas, hechas con ladrillo y al borde del precipicio en Bolivia, son refugio de chamanes que no tienen intención de marcharse. “No vamos a movernos”, dice uno de ellos. Las autoridades han lanzado varias advertencias e incluso han valorado una evacuación forzosa.
‘Las viviendas suicidas’, ubicadas en Bolivia, se están convirtiendo en todo un peligro. El acantilado está erosionando y esto está provocando que las casas estén prácticamente a punto de precipitarse. Las autoridades evalúan las opciones para intentar evitar una tragedia: "Nosotros queremos que abandonen este lugar. Si ellos no quieren, pues vamos a tener que usar la fuerza pública".
Los chamanes aymaras no quieren abandonar sus hogares porque sirve como lugar de trabajo para ellos. Conocidos como ‘yatiris’, ellos creen que con sus rituales y sus ofrendas a la ‘pachamama’ están a salvo. Aseguran que la ‘watga’, la ofrenda, les puede salvar de una caída de cientos de metros de altura. "Si algo quisiera pasar en este lugar, pagamos y nunca se va a mover la tierra. La 'Pachamama' necesita el plato que le damos, no se va a mover", afirma uno de ellos sobre estas casas que desafían a la gravedad.
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