Nueva Zelanda ha prohibido que las despedidas duren más de tres minutos para acabar con las aglomeraciones. Según informa Dani Berbel, en el aeropuerto de Dunedin lo han anunciado con un cartel. “Llevamos sin vernos un mes, ¿cómo que tres minutos? Eso es muy poquito”, dice una mujer.
Besos, llantos y abrazos como forma de expresar el amor, la ilusión y la felicidad del reencuentro en un aeropuerto. Pasados los tres minutos, un cartel recuerda que, para más cariño, se tienen que ir al parking.
Las barbillas bien altas para ver si asoma la persona que tanto tiempo llevan sin ver. Ese ser querido aparece por esa puerta de llegadas y se produce el encuentro. Pero tanta expresión de afecto genera algún que otro atasco. En el aeropuerto de Dunedin lo han limitado a tres minutos con un cartel. Dicen que con 20 segundos ya tienen suficiente, así que todavía están siendo generosos.
El director del aeropuerto se respalda en un estudio que sostiene que 20 segundos es suficiente para obtener una explosión de oxitocina, la ‘hormona del amor’ y argumentó que mover a los clientes rápidamente permite que más personas reciban más abrazos. “Podríamos estar media hora, horas o ni fijarnos en el reloj”, afirma una joven. Aunque es complicado que funcione. Un ejemplo es una marca de 'no bloquear' en el aeropuerto de Barajas que, con mucho amor, es ignorada.
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