Dominique Pélicot reconoce que es un violador en el juicio y atribuye su comportamiento a traumas infantiles
Pélicot ha echado por tierra los argumentos de la defensa de una treintena de hombres que niegan las violaciones
Pélicot se mostró avergonzado por su comportamiento en la vista en la que lloró al recordar su infancia
Francia se manifiesta para apoyar a Gisèle Pélicot, la mujer drogada por su marido y violada por decenas de hombres
Dominique Pélicot, quien drogó a su mujer para que la violasen 50 hombres durante una década, ha reconocido que es un violador, al igual que el resto de los acusados, en su primera declaración ante el juez. Según informa Laia Forès, ha atribuido su comportamiento a sus traumas infantiles. Pélicot le ha pedido perdón a su esposa Gisèle -que declaró el cinco de septiembre- asegurando que todo lo que ha hecho “es imperdonable”.
El hombre de 71 años ha afirmado que todo se debe a su infancia: con nueve años sufrió abusos sexuales y con 14 unos chicos le obligaron a ver una violación a una joven discapacitada. Pélicot ha echado por tierra los argumentos de la defensa de una treintena de hombres que niegan las violaciones alegando que pensaban que se hacía la dormida y que era sexo consentido.
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Dominique Pélicot, un hombre de dos caras
Los expertos que han evaluado la personalidad de Dominique Pélicot coinciden en que es un hombre de dos caras. Una persona buena a ojos de su mujer y de sus amigos: un buen padre, un abuelo entrañable y un trabajador honrado. Y es que se ha esmerado en construirse un personaje socialmente aceptado. Pero el verdadero Dominique es el que se esconde detrás de esa máscara: un hombre colérico, mentiroso, obsesivo y trasgresor, sobre todo en la sexualidad.
Estos rasgos explicarían su parafilia, es decir, esas conductas o fantasías sexuales de tipo excitatorio que implicaría a adultos que no consienten las relaciones, entre otras. Durante años, sedó a su mujer para ofrecer su cuerpo inerte a otros hombres. Dominique no lo hacía por dinero, sino por el placer que le provocaba “verla tocada por otra persona”. Él habla de una adicción incontrolable, aunque los exámenes psiquiátricos concluyen que no hay patología mental que justifique esos actos más propios de un psicópata que un enfermo.
“Lo he arruinado todo y lo he perdido todo. Tengo que pagar”, sostuvo en el juicio
Pélicot se mostró avergonzado por su comportamiento en la vista en la que lloró al recordar su infancia: “Lo he arruinado todo y lo he perdido todo. Tengo que pagar”. El acusado destacó que tenía la “familia ideal”, pero que él no lo era. “Hay una parte de placer pero también una medida de seguro”, afirmó sobre las grabaciones de las violaciones cometidas por decenas de hombres.
Gisèle Pélicot, que estuvo presente en la sesión, tan solo pudo indicar que, de todo el tiempo compartido con su marido, jamás pensó que pudiese violarla. “Durante cincuenta años viví con un hombre del que no imaginaba que pudiera cometer estos actos de violación. Él es consciente de esos actos, pero yo no dudé de este hombre ni un solo segundo. Tenía plena confianza en él”, recalcó en el juicio. Tras ser detenido en septiembre de 2020, por grabar bajo las faldas a unas mujeres en un supermercado, los investigadores encontraron todo el material de las sesiones de abusos sexuales de su mujer.
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