La guerra entre Rusia y Ucrania tiene un nuevo protagonista: los drones. Este arma, usada ya por ambos ejércitos, les permite espiar, atacar, bombardear o destrozar todo tipo de vehículos, edificios y tropas. Y es que incluso su sonido se ha convertido en sinónimo de muerte. Los drones son armas pequeñas, baratas y con capacidad para todo lo imaginable en un conflicto bélico que podría dar un giro, según informa Álvaro Berro.
Estos pequeños aparatos son capaces de reventar un acorazado, perseguir y destrozar un helicóptero y alcanzar más de 400 kilómetros por hora. Pero no es lo único. Estas máquinas son capaces de rescatar otros drones o visualizar en vivo y en directo el avance de las tropas enemigas desde una pantalla en una posición segura.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afronta su mayor crisis de Gobierno desde el comienzo de la guerra en febrero de 2022. La salida más sonada fue la del ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba. Su cara era la más conocida en el extranjero después de la del jefe del Ejecutivo.Durante estos 30 meses de guerra, Kuleba se ha reunido con líderes de todo el mundo para lograr apoyo político y armas para su país.
En total, seis ministros ucranianos y otros altos cargos del Gobierno abandonan el Ejecutivo en una remodelación que Zelenski considera crucial ante un otoño que va a ser “determinante”. La incursión ucraniana en la región rusa de Kursk no ha frenado a los rusos en el frente oriental y a Zelenski cada vez le resulta más difícil conseguir armas de sus aliados. Una ayuda que se puede complicar aún más si gana Donald Trump en Estados Unidos.
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