A pocos meses de las elecciones en Estados Unidos, el deterioro físico de Joe Biden, de 81 años, está siendo usado por los republicanos como arma arrojadiza. Según informa Sara Canals en el vídeo, desde la Casa Blanca aseguran que el presidente está preparado para un segundo mandato, pero las encuestan reflejan la preocupación de la mayoría de los votantes por sus lapsus y tropezones. Además, que su hijo, Hunter, haya sido considerado culpable de hasta tres delitos desgasta todavía más imagen del candidato demócrata.
Los lapsus y confusiones del presidente Joe Biden son constantes y, también llama mucho, la atención la lentitud de sus movimientos o la falta de vocalización en sus discursos. Además, estas son cuestiones que los estadounidenses perciben a diario y que están muy presentes en los medios o en la opinión pública.
La semana pasada el Wall Street Journal aseguraba, después de entrevistar a funcionarios y políticos que lidian con él habitualmente, que el presidente ha perdido facultades. También ha sido muy comentado el informe de un fiscal especial que le investigó y que le describía como “un anciano bien intencionado y con problemas de memoria”.
La Casa Blanca es muy consciente de este problema, pero asegura que el presidente Biden está preparado para un segundo mandato y que cumple con una agenda muy intensa.
Joe Biden es, a sus 81 años, el presidente más longevo de la historia y su edad y su capacidad mental preocupan, tal como reflejan las encuestas, a la mayoría de los votantes.
A cinco meses de las elecciones presidenciales, los deslices del presidente son utilizados como arma arrojadiza para sus adversarios y se reaviva la preocupación por su salud.
Tampoco ayuda en su objetivo de repetir mandato el caso de su hijo Hunter, declarado culpable de tres delitos por tener en su poder un arma en un tiempo en el que consumía drogas.
Hunter Biden estaba imputado por tres cargos al haber estado en posesión de un arma, concretamente un revólver Colt Cobra, durante al menos 11 días después de haber falsificado en 2018 el formulario para su compra y de haber mentido al vendedor.
Una vez conocida la culpabilidad de su hijo, el presidente Biden ha publicado un escueto comunicado en el que incide en que, más allá de ser el inquilino de la Casa Blanca, también es padre, y como tal ha trasladado su cariño y el de su esposa, Jill, a Hunter.
"Jill y yo amamos a nuestro hijo, y estamos muy orgullosos del hombre que es a día de hoy. Muchas familias que han tenido a seres queridos luchando contra su adicción entienden el sentimiento de orgullo de ver a alguien que quieres salir del otro lado y ser fuerte y resiliente en su recuperación", ha dicho.