En el norte de Gaza la alerta por hambruna es inminente. Cerca de 300.000 personas sobreviven con 254 kilocalorías diarios, lo que equivale a tres rebanadas de pan cuando lo normal es ingerir por encima de las 2.100, según informa en el vídeo Cristina Herráez. Después del ataque al convoy de los siete trabajadores, la organización suspende su actividad porque temen que no se trate de un ataque aislado. La situación es tan crítica que miles de personas se lanzan al mar para buscar comida.
La ONG 'Oxfam' asegura que Israel usa el hambre como arma de guerra de manera deliberada. La organización advierte que deberían entrar 221 camiones de alimentos diarios, pero solo entran 105 de media. A esto se le añade la falta de agua limpia y de las infraestructuras de saneamiento. Las fases de la hambruna comienzan a ser latentes en las caras y las camas de los hospitales.
La Franja de Gaza se muere de hambre. Los palestinos se recorren las calles para recoger los alimentos que ofrecen las organizaciones humanitarias. Tras el ataque al convoy de la ONG del chef José Andrés, un barco de la organización con toneladas de comida ha dado la vuelta y ha regresado a Chipre. El temor está presente porque muchos creen que no se debe a un ataque aislado: casi 200 trabajadores palestinos de organizaciones han muerto desde que comenzó la ofensiva de Israel.
Si esta situación no cambia, el hambre matará a más gente que las bombas. “No hay comida ni leche. Siento que mis hijos van a morir delante de mis ojos. Qué puedo decir, no sé qué hacer”, dice una mujer desde un hospital. La escasez de alimentos ya está provocando la desnutrición que derivará en muerte por inanición si no se actúa. Las autoridades gazatíes indican que 32.000 personas han fallecido por el genocidio de Israel.