Un potente terremoto ha sacudido Taiwán a las 07:58 de la mañana. Hasta ahora han notificado nueve muertos y más de 800 heridos. Numerosos edificios han acabado en una posición imposible ante la mirada atónita de los ciudadanos. Uno de ellos es Ricardo Yang, quien lleva 10 años viviendo allí. “Vivo con mi novia. He ido directamente a la habitación y le he abrazado como si no hubiera un mañana”, confiesa.
Los registros han confirmado que se trata del terremoto más potente que ha ocurrido en Taiwán desde hace 25 años. El alcalde de Taipéi, Chiang Wanan, ha pedido precaución por las posibles réplicas y ha declarado el nivel dos de respuesta por desastres. Ricardo admite que están acostumbrados a los temblores, pero que el de hoy ha sido especialmente fuerte. El seísmo ha ocurrido en la zona que registra el mayor número de terremotos registrados y donde mayor actividad volcánica hay: 'el Cinturón de fuego'.
Ricardo lleva 10 años viviendo en Taiwán. A este español, de padre tailandés, el terremoto le pilló recién levantado. El seísmo ha sacudido su apartamento en la planta 11. “He dicho ‘Dios mío, qué está pasando’ y mientras tanto, vas escuchando cómo se abren cajones, que se van cayendo botellas de vino y vasos”, afirma. Después, se ha ido a trabajar como un día normal. "Aquí la gente no se habla tanto entre los vecinos, pero sí que ha habido miradas de 'Yo sé lo que acaba de pasar. Ha sido gordo, pero la vida sigue'". Según señala el informe técnico del Servicio Geológico, el terremoto de 7,4 se ha producido "como resultado de una falla inversa cerca del límite entre las placas de Eurasia y el Mar de Filipinas".
“Cuando hay uno grande, tú lo sabes. El de hoy ha durado 20 o 30 segundos”, sostiene. Ricardo vive en una casa preparada para los terremotos, ya que las nuevas construcciones están hechas para aguantar fuertes temblores. Siete de las víctimas murieron en un túnel de un lugar de senderismo conocida como Dekalun Train, una zona minera de Hualien. Otras 127 personas permanecen atrapadas en túneles o edificios situados alrededor de la ciudad. Los Gobiernos de China y de Estados Unidos se han ofrecido para ayudar en esta catástrofe.