Este calor tiene peores consecuencias en algunos puntos del planeta. En el Ártico, por ejemplo, lo sufren los osos polares que llegan a perder hasta un kilo diariamente. El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del planeta, pierde hielo a una velocidad vertiginosa. Es la primera vez que nos centramos en el problema desde el punto de vista de aquellos que más lo padecen, los osos polares.
Se colocó en el cuello de 20 ejemplares de estos animales una cámara para mostrar la situación a la que se enfrentan a diario. Se hizo en el Ártico canadiense durante los últimos veranos para estudiar cómo se están adaptando. En septiembre el hielo polar se reduce al mínimo, lo que provoca que ellos también reduzcan su actividad lo máximo posible. Esto debido a que ellos cazan y comen en el hielo. Cuando se derrite tienen que nadar más en busca de alimento, pero no son buenos nadadores.
El estudio realizado a la veintena de osos polares con las cámaras se llevó a cabo en la bahía de Hudson occidental (Canadá). En esta región la población ha disminuido cerca de un 30% desde 1987 y el periodo de ausencia de hielo ha aumentado tres semanas desde el año 1979, lo que supone que durante esta ultima década los osos polares pasen en tierra unos 130 días aproximadamente.
David Nogués Bravo, un macroecólogo del Centro de Macroecología, Evolución y Clima de la Universidad de Copenhague, explica que la falta de alimento disminuye la probabilidad de que se mantenga el reemplazo generacional. Añade también que los alimentos terrestres les dieron algo de beneficio energético, pero que les supuso un mayor gasto de energía el conseguir esos recursos.
Tampoco es fácil para ellos alimentarse en tierra, pero no les queda otra, ya que ahora les toca comer bayas, hierba o carroña; pero aun así no les llega. Todos los ejemplares con cámara perdieron un kilo a diario. Los científicos alertan de que están en riesgo de inanición y de extinción. Además, el tiempo para evitarlo se acorta cada vez más, ya que para el año 2100 el Ártico podrá pasar hasta seis meses sin nada de hielo.