Una de las medidas en las que se justifica en Partido Popular para haber votado en contra del decreto ómnibus, es la entrega al PNV de un palacete en París, actual sede del instituto Cervantes. Este tema ha desatado una polémica entre los populares y el partido vasco.
Según explica José Luis Fuentecilla en Noticias Cuatro, esta es una vieja reivindicación histórica del PNV. El edificio en cuestión es un palacete en el que, actualmente, se encuentra la biblioteca del instituto Cervantes. Con la aprobación del decreto Ómnibus, el Gobierno pensaba traspasárselo al PNV, pero, finalmente, no ha salido adelante.
El asunto, por lo pronto, ha tensado aún más la relación entre PNV y PP, todo mientras Feijóo trata de ganar apoyos para una moción de censura contra Sánchez.
“El Gobierno, en contra de una sentencia del Tribunal Supremo, le ha intentado trasladar la propiedad de un palacete en París en favor del Partido Nacionalista Vasco para conseguir sus votos en este real decreto”, afirma Feijóo. Mientras, el portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado, definía al PNV como “el partido ‘aprovechategui’, recurre al chantaje de un gobierno débil, como el de Pedro Sánchez, es miserable y es asqueroso”.
Por su parte, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, respondía a Tellado asegurando que “es un torpe y, además, esto lo que me ha demostrado es que es un maleducado”.
Para entender por qué reclama el PNV este palacete hay que hacer un poco de historia. Los nacionalistas vascos dicen que lo compraron con donaciones de militantes de su partido en México y Cuba, antes de la constitución del Gobierno vasco durante la Guerra Civil, por eso sería del partido y no del Ejecutivo.
Esta reclamación no se basa en un título de propiedad, sino en estudios históricos. Lo que ocurrió después es que cuando los alemanes invadieron París la Gestapo se le entregó al régimen de Franco. Fue sede de Falange, luego Biblioteca Española y posteriormente una de las sedes del Instituto Cervantes.
Ya en democracia, Aznar se lo ofreció al PNV cuando necesitó sus votos, pero, en 2003, una sentencia del Tribunal Supremo evitó la entrega, dijo que ese edifico tenía que seguir siendo parte del Estado español porque no había sido incautado, si no que se otorgó al Estado franquista por una sentencia judicial. El PNV, por su parte, alega que aquella sentencia es de dudosa imparcialidad porque se dictó en el París ocupado por los nazis.
Ahora que el decreto Ómnibus ha sido rechazado por el Congreso, el PNV dice que ya lo ha registrado en París y que eso es irrevocable. Pero la cuestión es si se aprueba el decreto más adelante, lo más probable es que termine, una vez más en los tribunales, españoles o parisinos.
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