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Primer lunes del mes de septiembre. Toca guardar el bañador, sacudirnos la arena y volver al trabajo. Cuesta regresar a la rutina, en algunos casos, tanto que llega a convertirse en depresión postvacacional. Los psicólogos alertan de que para 6 de cada 10 empleados volver al trabajo supone estrés.
Lo llaman síndrome postvacacional, pero en muchos casos deriva en depresión. Según un estudio de Bizneo, lo sufren el 38% de los trabajadores y se manifiesta en ansiedad, apatía, falta de concentración y, en algunos casos, taquicardias.
Sobre todo, lo sufren aquellos trabajadores que no están contentos por la falta de conciliación familiar, en el 80 % de los casos, o por falta de reconocimiento de los jefes, en el 70 %.
Los expertos advierten de que este malestar no debería durar más de dos semanas. Una vuelta que según los psicólogos se lleva mejor recuperando otras rutinas como hacer deporte o manteniendo hábitos más típicos de las vacaciones como por ejemplo dar un paseo.
Además, para recuperar el ritmo propio de la rutina, los psicólogos recomiendan retomar los hábitos después de las vacaciones de manera paulatina, para facilitar una readaptación progresiva. También es importante mantener una buena higiene del sueño, lo que repercute de manera directa en el estado de ánimo, y protege frente a la ansiedad o la depresión.
Según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), el síndrome llega a afectar a un 40% de la población, con más repercusión habitualmente en las mujeres, "simplemente por el hecho de que muchas de ellas suman al trabajo un importante papel en la organización de las tareas familiares", explica el doctor Víctor Navalón.
Uno de los principales síntomas del síndrome posvacacional es el estado de ánimo bajo. "La persona siente angustia, tristeza, irritabilidad o nostalgia. Además, puede venir acompañada de una gran sensación de ansiedad y estrés por afrontar de nuevo todas las responsabilidades que hemos dejado en pausa tras las vacaciones", ha apuntado el especialista.
Normalmente los síntomas duran unos días, "una vez que el individuo se adapte a la rutina tanto laboral, como familiar y social", ha asegurado el doctor Navalón. "Solo en el caso de que los síntomas deriven en un síndrome de ansiedad generalizada o un estrés crónico, hay que derivar al paciente a un psicólogo, ya que podría ser una consecuencia de otras patologías psicológicas más graves", ha apuntado.
En esta línea, ha alertado de que el estrés y la ansiedad prolongados "pueden desencadenar en una serie de trastornos físicos, de tipos cardiovasculares, digestivos o respiratorios, e incluso dermatológicos".
El profesional también ha hecho hincapié en la recomendación de volver al trabajo de forma "progresiva". "Por ejemplo, volver a casa unos días antes de la reincorporación al trabajo para adaptar los horarios, alimentación y actividad; no incorporarse a principios de semana ni programar reuniones importantes y decisivas nada más volver; tratar de cumplir el horario de trabajo y respetar los descansos sin hacer horas extra ni llevarse trabajo a casa", ha subrayado.
Además, ha destacado la importancia de dormir las horas suficientes y practicar alguna técnica de relajación; llevar una dieta rica en vegetales y fruta, evitar tomar demasiado café y retomar el deporte. "También es importante hacer cosas que nos apetezcan durante el tiempo libre, fuera del horario laboral y marcarse objetivos realistas para poder afrontar el síndrome posvacacional de la mejor manera", ha concluido.
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