Una vez nos sumergimos en el profundo mundo laboral es importante saber que las normas que lo rigen en nuestro país están recogidas en el Estatuto de los Trabajadores, la normativa básica que establece las bases de los derechos y deberes tanto de empleados como de empleadores. 

Sin embargo, es cierto que se trata de un texto repleto de matices y normativas, lo que hace que más allá de los derechos ampliamente conocidos, como el disfrute de vacaciones o la protección frente a despidos improcedentes, existan otros menos populares pero igualmente relevantes. Este desconocimiento puede llevar a que muchos trabajadores no sepan ejercer plenamente sus derechos, lo que es una oportunidad perdida de poner límites a la labor empresarial.

Desde la reforma laboral de 2019, el Estatuto de los Trabajadores recoge el derecho de los empleados a adaptar su jornada laboral para conciliar su vida familiar y profesional. Esto significa que un trabajador puede solicitar cambios en la distribución o duración de su jornada, siempre que se justifique la necesidad de atender responsabilidades familiares, como el cuidado de hijos menores o personas dependientes.

A diferencia de la reducción de jornada, esta medida no implica una disminución del salario. Sin embargo, la empresa puede denegar la solicitud si justifica razones organizativas o productivas que lo impidan. En caso de negativa, el trabajador tiene derecho a recurrir a los tribunales para resolver el conflicto.

Según distintos expertos legales, este derecho sigue siendo un gran desconocido. “La mayoría de las empresas ni siquiera contemplan este derecho en sus políticas internas, y muchos empleados desconocen que pueden solicitar esta adaptación sin perder ingresos”, explica María Fernández, abogada especializada en derecho laboral. 

Otro derecho desconocido pero fundamental es el de recibir un anticipo del salario correspondiente al trabajo ya realizado. El artículo 29 del Estatuto de los Trabajadores establece que cualquier empleado puede solicitar un anticipo antes de la fecha habitual de pago. Esto aplica únicamente a los días ya trabajados y no a futuras remuneraciones.

Este derecho puede ser de gran ayuda en situaciones de emergencia económica. Se trata de una herramienta útil para quienes se encuentran con gastos imprevistos, pero son muy pocos lo solicitan porque ignoran su existencia o temen represalias por parte de la empresa.

Las empresas no pueden negarse a otorgar este anticipo, ya que el salario es una contraprestación por un trabajo ya realizado. Sin embargo, es recomendable formalizar la solicitud por escrito para evitar malentendidos.

Aunque no es universalmente aplicable, muchos convenios colectivos incluyen un día de permiso retribuido por mudanza. Esto permite al trabajador ausentarse del trabajo sin pérdida de salario para realizar gestiones relacionadas con el traslado de su domicilio habitual. Este derecho no está recogido explícitamente en el Estatuto de los Trabajadores, pero es una práctica común en varios sectores y está respaldada por la jurisprudencia.

Es fundamental revisar el convenio colectivo correspondiente para confirmar la existencia de este permiso. Por ejemplo, en sectores como el comercio o la hostelería, es habitual que se incluya este beneficio. En caso de duda, los empleados pueden consultar con su representante sindical o directamente con recursos humanos.

Además de los mencionados, existen otros derechos laborales que suelen pasar desapercibidos:

Los derechos laborales en España están diseñados para proteger a los empleados y garantizar condiciones de trabajo dignas. Sin embargo, muchos de estos derechos, como la adaptación de la jornada, el anticipo del salario o el permiso retribuido por mudanza, son pequeños-grandes desconocidos para una gran parte de los trabajadores.

Informarse y ejercer estos derechos no solo contribuye a mejorar la calidad de vida laboral, sino que también fortalece las relaciones entre empleados y empleadores, promoviendo un entorno de trabajo más justo y equilibrado. En un mundo laboral en constante cambio, el conocimiento es la herramienta más poderosa para garantizar la justicia y la equidad en el empleo.