Propietarios de España, este es el cambio en la ley de alquileres que os va a afectar

  • La reciente Ley de Vivienda, promulgada en mayo de 2023, introduce cambios que impactan directamente en la gestión y rentabilidad de los inmuebles en alquiler

  • Comprender y adaptarse a estas modificaciones es crucial para garantizar el cumplimiento legal y mantener la rentabilidad de las inversiones inmobiliarias

  • Cuál es la previsión del precio de la vivienda para 2025

En el dinámico panorama legislativo español, las modificaciones en la normativa de alquileres han cambiado las reglas del juego y por ello los propietarios necesitan estar al tanto de todos los cambios. Nos referimos a la reciente Ley de Vivienda, promulgada en mayo de 2023, que introduce cambios significativos que impactan directamente en la gestión y rentabilidad de los inmuebles en alquiler. Repasamos los principales cambios y alteraciones legales y su repercusión para los arrendadores.

Limitación en la actualización de la renta: desvinculación del IPC

Tradicionalmente, la actualización anual de la renta de alquiler estaba vinculada al Índice de Precios al Consumo (IPC), permitiendo a los propietarios ajustar los alquileres en función de la inflación. Sin embargo, la nueva ley establece topes específicos:

  • Año 2023: Incremento máximo del 2%.
  • Año 2024: Incremento máximo del 3%.
  • A partir de 2025: Se implementará un nuevo índice de referencia aún por definir.

Con esta medida se busca proteger a los inquilinos de subidas excesivas en los alquileres, pero a la vez limita la capacidad de los propietarios para ajustar las rentas en consonancia con la inflación real reinante en la economía española. 

Regulación de precios en zonas tensionadas

La ley faculta a las comunidades autónomas para declarar "zonas de mercado residencial tensionado", donde la demanda de vivienda supera la oferta disponible, lo que provoca un aumento desproporcionado de los precios de alquiler. En estas áreas, se aplican una serie de restricciones adicionales. Para pequeños propietarios se establece que la renta de nuevos contratos no puede exceder la última renta vigente, ajustada según los límites de actualización mencionados. Para grandes tenedores (de lo que hablaremos enseguida), se aplica un índice de precios de referencia que limitará la renta máxima.

Además, la definición de "gran tenedor" se amplía para incluir a personas físicas o jurídicas que posean cinco o más inmuebles en una zona tensionada, reduciendo el umbral anterior que era de diez propiedades. Esta clasificación conlleva una serie de obligaciones adicionales, como la aplicación de índices de precios y posibles cesiones obligatorias en casos de desahucio. 

Los gastos de gestión inmobiliaria corren cargo del propietario

La nueva normativa establece que los gastos y honorarios de gestión inmobiliaria y formalización del contrato deben ser asumidos por el arrendador, eliminando la posibilidad de trasladar estos costes al inquilino, que es una costumbre bastante habitual hasta ahora. Esto supone un cambio importante, que puede incrementar los gastos operativos para los propietarios. 

Prórrogas obligatorias y protección contra desahucios

Se fortalecen las medidas de protección para los inquilinos que se encuentren en situación de vulnerabilidad. Por un lado, y en casos justificados, el inquilino puede solicitar una prórroga adicional del contrato por un período determinado. Además se establecen procedimientos para suspender los desahucios en situaciones de vulnerabilidad, obligando al propietario a negociar soluciones alternativas.

Con todo esto, lo que se busca es ofrecer mayor estabilidad para los inquilinos, que pueden prolongar la duración de los contratos más allá de lo inicialmente pactado. 

Incentivos fiscales y recargos en el IBI

La ley introduce modificaciones fiscales que afectan a los propietarios:

  • Bonificaciones: Se contemplan reducciones en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para aquellos propietarios que alquilen a precios inferiores a los de mercado o realicen mejoras en la vivienda.
  • Recargos en el IBI: Los ayuntamientos pueden aplicar un recargo de hasta el 150% en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para viviendas desocupadas de forma permanente, incentivando su puesta en alquiler.

La implementación de todas estas reformas hace que los propietarios tengan que revisar sus estrategias de gestión inmobiliaria, tanto en lo referente a los contratos, como en la planificación fiscal o la propia gestión de la relación con sus inquilinos. Por tanto, nos encontramos con un panorama netamente diferente al existente hasta ahora debido a la Ley de Vivienda de 2023.

Comprender y adaptarse a estas modificaciones es crucial para garantizar el cumplimiento legal y mantener la rentabilidad de las inversiones inmobiliarias. La asesoría profesional y una gestión proactiva se convierten de esta manera en herramientas fundamentales en este nuevo contexto legislativo.

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