Varias publicaciones internacionales acaban de señalar a Madrid como uno de los mejores destinos para ser visitado. En tan sólo un año, la llegada de turistas internacionales ha aumentado un 30%.
Se acumulan los anuncios de nuevos hoteles y andar por las calles del centro es ir, continuamente, esquivando maletas y a turistas haciéndose fotos. Tal es así, que quienes llevan años viviendo en la zona aseguran no reconocerla.
Los expertos coinciden en que hubo un punto de inflexión en la pandemia de covid y que la recuperación ha sido después muy destacada. En los últimos años se ha producido una explosión de oferta hotelera y hostelera centrada, además, en el segmento del lujo, señala nuestra compañera Cristina Montalvo.
Apunta que quizá eso explique que fue el destino donde más creció el gasto de los turistas internacionales (un 40% durante el año pasado) y, sin duda, donde más dinero se dejan, más de 1.700 euros por visitante.
De hecho, según Euromonitor International, la cultura y la gastronomía han situado a la capital española como la tercera ciudad más atractiva para viajar.
Es por ello que el sector turístico se frota las manos, incluidas guías como Paloma, quien nos reconoce el gran repunte de turistas procedentes tanto de Asia como de Estados Unidos.
No obstante, se trata de una tendencia que parece ir más allá del turismo. Y es que, en 2023, la región concentró casi dos tercios de la inversión extranjera, muy por delante, por ejemplo, de la Comunidad Valenciana o de Cataluña.
La población foránea, sobre todo de personas latinoamericanas, está aumentando gracias a incentivos fiscales y económicos. Compran viviendas y se quedan a residir, indica Montalvo. Además, el producto interior bruto (PIB) es el que más ha avanzado en las últimas temporadas a excepción de Canarias y Baleares.
Sin embargo, como casi todo, esto tiene una cara B, es decir, mucho menos positiva. Madrid se comporta como un fuerte imán que atrae proyectos e inversiones y también talento, dejando de este modo vacías al resto de las regiones.
Es lo que se conoce como economía de aglomeración, la cual tiene un fuerte impacto en el empleo. Una zona crece a costa de otras y, de este modo, Madrid es ahora mismo el único territorio de España donde los trabajadores de alta cualificación están en la media de la Unión Europea.