Nepal toma medidas contra la basura en el Everest: los alpinistas tendrán que llevarse sus propios excrementos
Los alpinistas que suban al Everest tendrán que bajar sus propios excrementos una vez hayan realizado la gesta
Los escaladores, antes de iniciar la expedición, recibirán una bolsa que será revisada cuando regresen
Las casi 4.000 personas que han subido en los últimos 60 años han convertido el 'techo del mundo' en un vertedero
El monte Everest, la cima del mundo, con 8.848 metros de altura, tiene problemas serios de higiene. Por ello, las autoridades locales han preparado un plan para evitar que las necesidades que realizan los escaladores se queden para siempre en la montaña.
En el campamento IV, además de poco oxígeno y unas vistas privilegiadas, se observan tiendas de campaña abandonadas, girones de ropa, restos de comida, platos, utensilios y todo tipo de desechos, incluidas las deposiciones humanas.
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Un vertedero en la cima del Everest
Escalar el Everest requiere una épica increíble puesto que se trata de un desafío al alcance de muy pocos. Ahora, los más valientes tendrán que enfrentarse a un nuevo reto: bajar sus propios excrementos una vez hayan realizado la gesta.
La basura y las heces abandonadas por los casi 4.000 alpinistas que han subido en los últimos 60 años han convertido la cima del conocido como 'techo del mundo' en un auténtico vertedero.
Las autoridades nepalíes intentan mantener la zona limpia pero, además de acumular cadáveres abandonados, la montaña no aguanta más heces humanas.
De ahí, que el país del sur de Asia haya decidido que, quienes escalen el monte, tendrán que bajar sus propias deposiciones de forma controlada, en una bolsa que se les entrega antes de comenzar la expedición y que será revisada una vez regresen.
Un permiso para escalar el Everest cuesta aproximadamente 10.200 euros para un extranjero y algo menos de 530 euros para un nepalí.