El papel que juega la música en el cine es crucial. Pero, ¿cómo ha evolucionado a lo largo del último siglo? Esta es una de las preguntas que responde Laia Falcón, soprano y doctora en Sociología del Arte en el libro 'La otra historia del cine: La música que lo cambió todo'. “Los expertos dicen que el cine no existiría sin la música y yo me sumo”, destaca Falcón.
Y es que una película podía ser percibida de dos maneras distintas en dos cines diferentes tan solo por la música. “El público de los años 30 elegía el sitio donde la música estaba más hilada y donde estuviese garantizado que el público pudiese cantar”, sostiene la soprano.
En el público de los años 30 fue un shock relacionar la música con el cine. “No entendían por qué había una orquesta en un dormitorio, en un ascensor o en un bosque. Los guionistas tenían que buscar un pretexto, como que pasase un pastorcillo por la zona”, relata la doctora en Sociología. En clásicos que todos conocemos, como ‘Tiburón’, se introduce un nuevo componente.
Falcón resalta que se trata de “otro ingrediente muy interesante, que es la expectativa de quien escucha”. Porque lo que entendemos por música del cine ha cambiado desde ‘Lo que el viento se llevó’ hasta ‘Interstellar’. “Este tipo de texturas se han convertido en un punto muy útil para el discurso actual”, confiesa. En ‘La La Land’ “no se trataba de encontrar a la mejor cantante posible, sino a alguien creíble que estuviese a punto de llorar pero que siguiese cantando”. “Luego lo van a orquestar envolviendo la interpretación que la actriz hizo y no al revés”, sostiene. Aunque no siempre salió bien, como ocurrió en 'La dama de Shanghái'. Sea como sea, la música le ha dado ese toque especial a un sector lleno de ficción y emoción: el cine.
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