Juan Eslava Galán, escritor: “Roma somos nosotros, las pasiones humanas son las mismas”
El historiador y novelista publica ‘Historia de Roma contada para escépticos’, el último de una serie de ensayos que mezclan rigor y humor
“Lo que más impresiona de Roma es que un villorrio levantara un imperio casi por casualidad, sin apenas proponérselo”, afirma
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“Roma es una larga historia de superación y Europa y la herencia europea serían muy distintas sin el previo concurso de Roma”, explica el escritor Juan Eslava Galán. En definitiva, “Roma somos nosotros. Somos romanos: las pasiones humanas son las mismas que entonces”, añade en una entrevista con Noticias Cuatro.
Juan Eslava Galán, historiador y novelista, acaba de publicar en Planeta ‘Historia de Roma para escépticos’, el último de una larga serie de ensayos que empezaron con ‘Historia de España contada para escépticos’ y ‘Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie’.
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Los trabajos de Eslava Galán muestran todos los claroscuros de los episodios históricos que trata. Y lo hace mezclando el rigor con el carácter didáctico de quien se dirige a todos los públicos, carácter didáctico que se apoya en un tono narrativo y distendido, no exento de humor.
“Lo que más impresiona de Roma -afirma el autor- es que un villorrio levantara un imperio casi por casualidad, sin apenas proponérselo”, desde el Sáhara al Rin y desde las islas británicas al Éufrates. Roma llegó a ser “la aldeíta que ocupó el mundo”, y las decisiones que se tomaban a la orilla del Tíber afectaban a pueblos muy distintos y distantes.
Quizá lo más interesante sea la segunda parte del libro. Eslava entra literalmente en Roma. Recurre al procedimiento narrativo de visitarla, recorriendo, y llevando al lector con él, sus calles y mostrando todos los aspectos de la vida diaria de los romanos: los hijos, los partos, el aborto, el infanticidio, la educación (de los acomodados, los pobres carecían de ella), el matrimonio, la ceremonia nupcial, el comercio y los dioses.
Pese a todos los claroscuros, el balance que hace el escritor sobre Roma es positivo: “Roma nos legó su forma de vida y sus instituciones, impuso hermandad a los pueblos sometidos y nos legó el patrimonio precioso de su ley y de su lengua”.
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