La inteligencia artificial (IA) ha nacido cargada de promesas y de amenazas, suscitando a la vez entusiasmos y recelos. Por eso una de las grandes filósofas de nuestro país, Adela Cortina (Valencia, 1947), cree que es crucial dotarla de una ética. “Es uno de los grandes temas de nuestro tiempo -sostiene-. Da horror poner las decisiones en manos de los algoritmos”.
La catedrática emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia acaba de publicar el ensayo ‘¿Ética o ideología de la inteligencia artificial?’ (Paidós). Considera que dotar a la IA de ética es un paso necesario para defender y empoderar a los seres humanos y a la naturaleza.
Unos tienen una versión muy optimista de la IA. Aseguran que podremos acabar con las enfermedades, la muerte y crear una especie superior que inaugure un mundo de paz y felicidad. Adela Cortina pone algunas objeciones: “¿No se está dando por ciencia lo que no lo es para atraer suculentas inversiones, o incluso ganar en la competencia por el poder mundial?”, se pregunta.
Y añade: “Las máquinas tienen sesgos (nosotros se lo metemos), y además fallan, y cuándo ellas fallan, ¿a quién responsabilizamos?”. Todo ello mientras en el espacio público triunfa la razón estratégica y se produce el eclipse de la razón comunicativa. “Es ésta una pésima noticia si queremos fortalecer la democracia -afirma-, que está en peligro en el contexto mundial. Y, por supuesto, en España, Europa y América Latina”.
Adela Cortina expone en este ensayo todos los aspectos clave del debate en torno a la IA: el deber ético de las tecnociencias, la geoestrategia del poder, los desafíos de la robótica, la libertad en la era digital y el control del espacio público por parte de los algoritmos y las tecnologías.
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