José Antonio Ritoré, activista: “En el hecho de ayudar hay mucha serotonina”
El periodista publica ‘Egoísmo del bueno’, donde recoge sus experiencias al frente de Change.org y revela algunas pérdidas personales
“Hay personas que consiguen convertir la pérdida en el motor de un cambio, como el caso de la familia de Diana Quer”, afirma
Jorge Bustos y su crónica del desamparo: “No tenemos derecho a quejarnos tanto”
José Antonio Ritoré, exdirector de Change.org, ha conocido a más de mil voluntarios, activistas y emprendedores sociales. Y todos ellos, desde el que ha logrado cambiar una ley hasta el que toca el piano dos veces a la semana en una residencia de ancianos, tienen algo en común: han encontrado la felicidad ayudando a otros.
“En el hecho de ayudar hay mucha serotonina”, explica en esta entrevista con Noticias Cuatro. “En la ayuda hay una sensación de felicidad que muchas veces nace de una pérdida", revela, "hay personas que consiguen convertir la pérdida en el motor de un cambio, como el caso de la familia de Diana Quer, que logró paralizar la derogación de la prisión permanente revisable”.
MÁS
‘Egoísmo del bueno’ (Plaza & Janés) es un emocionante viaje que parte de la pérdida y nos conduce hasta la victoria personal y social. Un rotundo alegato en favor del altruismo y del empoderamiento colectivo que nos ofrece claves, ideas e historias inspiradoras para convertir los obstáculos de la vida en oportunidades para conectar con uno mismo y con los demás.
“El agradecimiento sabemos que genera felicidad, aunque antes de ayudar a los demás hay que ayudarse a uno mismo”, advierte en la entrevista. “A menudo nos sentimos perdidos o desanimados por los golpes de la vida. Tras 25 años trabajando con personas que han sufrido historias dramáticas, he aprendido dos lecciones fundamentales. La primera es que no puedes cambiar todo a lo que te enfrentas, pero si no te enfrentas, no cambiarás nada. La segunda es que ayudar a los demás es el camino más corto y sencillo hacia la felicidad. Yo mismo he vivido varias pérdidas terribles en los últimos años y puedo asegurarte que esas dos lecciones me han salvado la vida”.