Elke Weber es la ganadora del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades. Famosa por sus estudios sobre la toma de decisiones medioambientales, determina los factores que motivan la lucha contra el cambio climático. Ella sostiene que sufrir en primera persona los estragos de este fenómeno moviliza más que las estadísticas. Así lo vemos con la preocupación del blanqueamiento de los corales y la montaña rusa de las temperaturas en España.
El jurado destaca las contribuciones de la psicóloga Elke Weber en tres ideas fundamentales: que los fenómenos climáticos extremos motivan más la acción de las personas que el propio concepto, que el miedo o la culpa son emociones que no movilizarán a la gente y que tener una experiencia personal directa del impacto negativo mueve más que las estadísticas.
El acta del jurado del Premio destaca que Weber “es una influyente asesora de política ambiental y participa ampliamente en foros como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas”. La psicóloga fue pionera al introducir por primera vez la psicología como un campo fundamental desde el que combatir este desafío ambiental en el año 2010.
“Había más filósofos morales que psicólogos. En parte, se debía a que los economistas pensaban que sabían cómo las personas toman decisiones: de manera racional, y así no hacían falta psicólogos”, declara Elke Weber. La ganadora del premio defiende que el miedo o la culpa por el cambio climático no mueve a la gente, ya que son emociones que las personas tienden a rechazar más, según explican desde la página web de 'BBVA'.
Los resultados del análisis, que SEO Birdlife lleva haciendo durante tres años, subraya que los cigarrillos son un tercio de la basura recogida en entornos naturales. En total, hay 17.000 colillas. La otra parte de residuos son trozos de plástico y en tercer lugar, las toallitas húmedas. En las zonas de recreo, los humanos contaminan con vidrios y envoltorios y en los cauces con residuos higiénicos tirados por el inodoro.
También hay quien utiliza la naturaleza como vertedero tras encontrar aparatos eléctricos y material de construcción en la naturaleza. Más de 60.000 restos recogidos que pesan más de 4.000 kilos en zonas como la Albufera de Valencia, las marismas del Guadalquivir o el Delta de Llobregat. En cuanto a las diferencias por tipo de ambiente, el estudio confirma que se produce una mayor acumulación en los entornos de áreas recreativas de espacios naturales que cerca de los cauces y zonas del monte.