Nuestros datos personales son lo más preciado que tenemos y a su vez lo más valioso en Internet. Carissa Véliz, autora del libro ‘Privacidad es poder’, advierte que hay detalles que nunca deberíamos compartir. Uno de los ejemplos más claros lo ve con el iris. Muchos españoles lo compartieron a cambio de dinero antes de que se prohibiese esta actividad.
“La privacidad no es solo un derecho, también es un deber cívico. Cuando tú compartes tus datos personales también lo haces con los de tu vecino, familia, amigos e incluso de gente que comparte características psicológicas”, señala la escritora.
Las grandes tecnológicas y las empresas de publicidad tienen muchos más datos nuestros que las agencias de inteligencia hace unos años. “Mucha gente me dice que no les importa que Facebook tenga sus datos. Pero lo cierto es que sabiendo la música que te gusta, ya pueden saber tu orientación sexual”, indica.
Véliz sostiene que lo más importante es tener “un balance sano para que la democracia funcione". “Tenemos una vigilancia que se parece más a dictaduras de otros tiempos que a democracias liberales”, añade. Y es que la escritora advierte que lo más peligroso es el mercado de datos personales en la industria de la publicidad.
“Los datos son muy sensibles. No solo son para la publicidad. Muchos se venden al mejor postor y en ocasiones son Gobiernos que no tienen el mejor interés en tu país”, destaca. Una realidad en la que influye los datos de tus ojos. “Si pierdes los datos de tu iris te hace vulnerable. Esto tiene más datos que te identifican como una persona y tus capacidades cognitivas”, subraya. De ahí la importancia de protegerlos, aunque es bastante complicado.
“Si proteges tus datos pero tus amigos no lo hacen, estás en peligro”, concluye Véliz. “Hay datos que no deberíamos compartir porque van mas allá del interés del individuo. Tienen que ver con el interés de la sociedad”, concluye la autora del libro.