La naturaleza y el arte o la cultura y la ciencia son disciplinas que se han ido relacionando de manera diferente a lo largo de la historia. En la nueva exposición ‘Arte y naturaleza: Un siglo de biomorfismo’ del centro cultural CaixaForum de Madrid se busca descubrir los vínculos entre las artes y una naturaleza en crisis permanente. Hacen un recorrido entre el surrealismo y las tendencias contemporáneas.
La exposición cuenta con más de 80 piezas de la colección del Musée national d’Art Moderne – Centre d’Art Georges Pompidou. Combinan pintura, escultura, arquitectura, cine, fotografía y diseño para centrarse en la atracción por las formas orgánicas, la creación mediante elementos naturales y en la posibilidad de que ocurra un cambio irreversible que arruinase la diversidad y la belleza que conlleva.
Las obras han sido estructuradas en cuatro secciones en función de la temática: amenaza, creación, metamorfosis y mimetismo. Se cuestiona también el papel de la tecnología en el arte, sobre todo en relación con el uso de la Inteligencia Artificial como vehículo de creación. Cabe destacar que el Centro de Artes Pompidou acogerá en el mes de junio cinco obras realizadas a través de la IA y que ya apostó por los NFT el año pasado.
Ignasi Miró, el director corporativo de cultura y ciencia de la Fundación ‘la Caixa’, comenta que los artistas y la naturaleza han estado presentes en toda la historia del arte. En la exposición se centran en las relaciones que se han establecido en los últimos 100 años. Permite aproximarse a artistas de la modernidad como Picasso, Kansdinsky o Georgia O’Keeffe y a artistas de las últimas décadas con puntos de vistas comprometidos como Jeremy Deller, Neri Oxman o Pamela Rosenkranza.
Ignasi Miró añade que, teniendo en cuenta los avances tecnológicos de la microscopía y de las filmaciones subacuáticas, se amplía el mundo de visión de la naturaleza. Los artistas también se fascinan por el propio hecho creador de la naturaleza y a partir de los años 60 también incorporan una preocupación por la fragilidad de la naturaleza y el arte se convierte en un elemento de protesta.