Eduardo Mendoza dijo que se iba a retirar, pero, no lo hizo. El autor catalán se dio cuenta de que no podía vivir sin escribir. Ahora vuelve con una nueva novela de intriga y humor inteligente, marca de la casa: ‘Tres enigmas para la Organización’. En Noticias Cuatro hemos hablado con él de la escritura y de la vida.
“Dije que no iba a escribir más novelas”, reconoce, “pero luego pensé que era una tontería, que era lo que me gustaba, que era lo que sabía hacer y que por qué lo iba a dejar y probé con una más y aquí está”.
A sus 81 años, asegura que “mi vida merece la pena haberla vivido”. Se confiesa afortunado por lo que “no me gusta quejarme ahora que ha llegado la vejez”. “He vivido bien y he disfrutado mucho”, reconoce, “me he divertido mucho escribiendo, bueno y de otras maneras también”.
A pesar de tantas cosas vividas asegura que sigue “manteniendo muchas curiosidades, me interesa lo que pasa en el mundo, me interesa la gente”, dice, “me gusta el cine, el teatro, la música, me falta tiempo para tantas cosas como me gustan”.
A pesar de lo que afirma el imaginario popular con aquello de ‘más vale el diablo por viejo que por diablo’ para Eduardo Mendoza “la experiencia no sirve de mucho porque precisamente es experiencia porque ya pasó, uno cae siempre en los mismos errores, tropieza muchas veces en la misma piedra, pero eso no es necesariamente malo, no es una mala conclusión”.
Después de toda una vida escribiendo novelas asegura que “procura que el humor vaya dirigido a una persona adulta de una inteligencia por lo menos como la mía”, explica, “esto se llama respeto, no hay que pensar que el lector es más tonto y que por lo tanto le puedo engañar con cualquier cosa o le puedo hacer reír sacando la lengua”.