Emmanuel Macron ha cedido a la presión de los agricultores franceses. Tras haber colapsado París, los tractores han puesto rumbo a casa después de que el Gobierno colocase en la mesa un total de 400 millones de euros y la intención de poner en marcha otras medidas. Aunque el rechazo a los productos extranjeros continúa.

Algunos de los agricultores han decidido arrasar con los productos extranjeros en un supermercado del País Vasco francés. Tras comprobar su origen, los manifestantes han quitado el cordero de Irlanda y han fumigado los congelados de Polonia. Mientras, los mercados han comenzado a vender productos españoles pese a que no todos están dispuestos a comprarlos.

Poner la ciudad “bajo asedio”. Este era el objetivo de los agricultores franceses tras ocupar París en busca de soluciones. Las principales protestas se basaban en la caída de sus ingresos, la “competencia desleal” y por lo que ellos llaman como una regulación excesiva de protección ambiental. Así, el Gobierno ha asegurado que habrán más medidas para los ganaderos, un mayor control del origen de los productos y la suspensión temporal del plan para reducir el uso de pesticidas.

Emmanuel Macron, en un intento de parar las movilizaciones, ha anunciado una dotación de 400 millones de euros junto a otras medidas adicionales para el sector. Una solución que ha aplacado los ánimos de momento, aunque los manifestantes han asegurado que van a estar pendientes de si se cumplen o no. "No estoy del todo satisfecho. De hecho, estoy un poco triste", ha lamentado uno de los agricultores.

Los sindicatos FNSEA y Jeunes Agriculteurs han comunicado la suspensión de los bloqueos de carreteras en Francia. “Invitamos a los agricultores a suspender los bloqueos y a iniciar una nueva forma de movilización”, declaró Arnaud Gaillot, presidente de Jeunes Agriculteurs. Las carreteras han comenzado a volver a la normalidad menos las situadas en algunos puntos del sur del país donde se mantendrán durante el fin de semana.