Hace más de 4.600 años los egipcios levantaron las célebres pirámides en la necrópolis de Guiza, unas construcciones que aún a día de hoy despiertan la admiración de todos los que viajan a El Cairo y se acercan a verlas.
Ya el insigne Napoleón Bonaparte dijo aquello de ”40 siglos de historia nos contemplan” antes de pasar una noche en la gran pirámide de Keops y salir aterrorizado a la mañana siguiente, lo que demuestra que los misterios que albergan estas construcciones casi perfectas siguen estando vigentes con el paso del tiempo. Y uno de ellos es responder a la pregunta que tantos científicos y arqueólogos se han hecho: ¿cómo se construyeron las pirámides?
El hecho de que estén construidas con grandes y pesados bloques de piedra ha provocado que las teorías se hayan sucedido a lo largo de los años. ¿Cómo era posible mover tales volúmenes hace 4.600 años? ¿Y colocarlos con tanta perfección? No cabe duda de que todo ello invita a elucubrar sobre los métodos que esta civilización radicada a las orillas del río Nilo utilizaba para llevar a cabo construcciones tan esplendorosas. Y ha sido precisamente el propio río vertebrador de la vida en el Antiguo Egipto el que parece haber dado la respuesta definitiva.
La egipcia fue una civilización eminentemente fluvial, pues el Nilo era el inicio y el fin de todo. No en vano, durante los más de 3.000 años que perduró el Antiguo Egipto, fue el río más largo del mundo el que determinó el devenir de sus habitantes. Así que los investigadores se centraron en esta característica para llegar a la conclusión de que solo navegando podrían haber transportado los grandes bloques de piedra.
Esa es la principal conclusión a la que han llegado en el estudio “The Egyptian pyramid chain was built along the now abandoned Ahramat Nile Branch”, sobre todo al comprobar que hace más de 40 siglos, por la zona en la que se encuentran las pirámides de Guiza, así como otras menos conocidas, corría un afluente del Nilo.
Los investigadores lo han llamado Ahramat y han calculado que tendría unos 64 kilómetros de longitud. Esta opción no es extraña porque, a lo largo de los siglos, la geografía ha cambiado considerablemente, especialmente debido en buena parte al urbanismo y el crecimiento de las ciudades.
Por lo tanto, los antiguos egipcios emplearon este afluente del Nilo para transportar los grandes bloques de piedra que después de colocaron de tal modo que 4.600 años más tarde no solo se mantienen en pie, sino que invitan a pensar que soportarán el paso del tiempo mejor que la mayoría de edificios de El Cairo. Asimismo, han llegado a la conclusión que muchas de las pirámides contaban con calzadas que terminaban en el Ahramat, facilitando así la gestión del material.
Como bien es sabido, las pirámides son tumbas, o mejor dicho, criptas reales donde se enterraba a los faraones para el paso a la otra vida. Los egipcios las denominaban “mer” y sin dudas han pasado a la eternidad como uno de sus grandes símbolos.
Y a pesar de que las de Keops, Kefren y Micerinos son las más conocidas –las únicas en pie de las Siete Maravillas de la Antigüedad–, especialmente por el tamaño de las primeras, se estima que en Egipto se construyeron unas 118, lo que deja muy claro la importancia de estos monumentos funerarios.
En definitiva, parece que el misterio de cómo construyeron las pirámides llega a su fin, aunque muchos otros seguirán apareciendo en torno a la magnífica civilización egipcia, la cual, como hemos dicho, se prolongó durante 3.000 años aproximadamente, un milenio más que lo transcurrido desde la muerte de Jesucristo y el inicio de la cultura y religión cristianas.