Luis Mampel Laboira, paleontólogo de la Fundación Dinópolis: “Los dinosaurios son buenas mascotas”

  • En este momento se tienen cuantificadas más de 50 millones de aves (“dinosaurios”) como animales de compañía

  • La hiperostosis, enfermedad de la que adolecen algunos perros, la padecieron algunos dinosaurios hace 113 millones de años

  • Debemos ser conscientes y realistas con nuestro comportamiento respecto al medio ambiente. Jugamos un papel muy importante como catalizadores responsables de una sexta extinción masiva

Dinópolis, ubicado en la región de Teruel, esconde un tesoro paleontológico ideal para la imaginación y la curiosidad de los amantes de la historia antigua. Se trata de un parque temático con siete centros más en siete localidades que albergan un recorrido de 4.500 millones de años para que te adentres en el alucinante mundo de los dinosaurios.

En IUMIUKY, movidos por la curiosidad animal que nos caracteriza, hemos querido saber si existe alguna relación entre los dinosaurios de hace millones de años y las mascotas con las que compartimos hoy en día nuestros hogares. De la mano del paleontólogo de la Fundación Dinópolis, Luis Mampel Laboira hemos resuelto todas nuestras dudas a través de esta interesante entrevista.

P: En el hipotético caso de que los dinosaurios estuvieran vivos y pudieran adaptarse al entorno doméstico… ¿Qué especies podrían haber sido buenos animales de compañía?

R: Los dinosaurios son buenas mascotas. Hace 66 millones de años una extinción masiva puso fin a todos los dinosaurios “no avianos”, pero un grupo superviviente de dinosaurios “avianos”, las aves, continuaron su evolución y diversificación hasta nuestros días compartiendo una reciente historia evolutiva con el ser humano. Según la Federación Europea de Alimentos para Mascotas, ocupan el tercer puesto en el ranking en Europa, con más de 50 millones de aves (“dinosaurios”) como animales de compañía.

P: ¿Qué especies podrían haber sido capaces de entablar lazos emocionales con los humanos?

R: El acercamiento, vínculo y simpatía que hemos experimentado por algunas especies de pájaros se remonta a tiempos muy anteriores a la propia definición científica del concepto dinosaurio. La larga tradición de cría de algunas aves como canarios o palomas conlleva un complejo proceso de conocimiento e interacción que ha afectado mutuamente a la biología, al comportamiento y a nuestra relación con ellas, estableciendo incluso esos lazos emocionales. Si vamos un poco más allá y echamos a volar nuestra imaginación, por qué no pensar en un pequeño Protoceratops o en un Hypsilophodon correteando por el jardín, cuales fieles compañeros y mascotas como lo son ahora perros o gatos.

P: ¿Cómo influyeron los dinosaurios en la evolución de los ecosistemas prehistóricos y qué paralelos podemos encontrar con el impacto de los animales de compañía en los ecosistemas modernos?

R: Es complejo comparar el impacto de los animales de compañía, que nos llevan acompañando apenas 10.000 años, con el de los dinosaurios que fueron protagonistas durante toda una era (Mesozoico), entre hace 252 y 66 millones de años. Los dinosaurios estaban perfectamente adaptados a sus ecosistemas. Formaron comunidades e interactuaron en libertad con el resto de organismos y con su medio físico. De hecho, algunos dinosaurios carnívoros de comportamiento predatorio llegaron a ocupar la cúspide de la cadena alimenticia. A lo largo de tanto tiempo se produjeron una serie de adaptaciones y modificaciones evolutivas en la que se sucedieron distintos tipos de dinosaurios y la suma de estas interacciones ecológicas, sin duda, tuvo un profundo efecto en la biodiversidad del Mesozoico.

P: ¿Qué semejanzas se pueden encontrar en los patrones de sueño y descanso entre los dinosaurios que vivían en nidos y los perros o gatos domésticos?

R: Hubo dinosaurios tanto con hábitos diurnos como nocturnos, pero todos, incluso los más grandes, nacieron de huevos semejantes a los de las aves. Algunas especies los enterraban en el suelo para incubarlos al igual que los cocodrilos y otros reptiles de sangre fría. El “anidamiento” supuso una revolución estratégica en la evolución y el comportamiento de algunos dinosaurios. Estudios científicos basados en las cáscaras de huevo fosilizadas, ponen de manifiesto que algunos dinosaurios, podían mantener su temperatura corporal lo suficientemente alta como para empollar sus huevos pero todavía falta mucho por saber acerca de sus patrones de sueño y descanso.

P: ¿La inteligencia de los dinosaurios podría haberse desarrollado como la de los perros y algunos primates?

R: La capacidad de un dinosaurio para percibir información dentro de su entorno y retenerla como conocimiento para aplicarlo a comportamientos adaptativos es difícil de cuantificar. Se suele hacer a través de la relación entre el peso del cerebro -inferido a partir de los restos fósiles del cráneo- y el peso total del cuerpo del animal, conocida como coeficiente de encefalización (CE). Entre los dinosaurios con mayor CE están los terópodos y, de nuevo, las aves que evolucionaron a partir de pequeños dinosaurios terópodos celurosaurios especializados.

Por ejemplo, Troodon fue un tipo de dinosaurio terópodo que vivió a finales del período Cretácico. Poseía unas cavidades orbitales que alojaban unos ojos grandes y dispuestos para la visión binocular tan necesaria para la percepción de la profundidad y el cálculo de distancias. Debido al volumen de su cavidad craneal y a la morfología y tipo de marcas dejadas en el interior de los cráneos fosilizados (con gran cantidad de circunvoluciones cerebrales), es considerado como uno de los dinosaurios “más inteligentes”.

P: ¿Qué descubrimientos paleontológicos sobre la salud y las enfermedades de los dinosaurios podrían tener implicaciones para el cuidado veterinario de las mascotas actuales?

R: Aunque no es un hecho habitual en ocasiones nos enfrentamos a paleopatologías. Recuerdo algunas vértebras dorsales atribuidas al dinosaurio acorazado Europelta carbonensis, que hallamos en el Yacimiento Santa María de Ariño en Teruel. Llamaban la atención porque presentaban ciertas deformaciones y engrosamiento visibles a simple vista. El dinosaurio, aunque muerto entre hace 113 y 110 millones de años, fue diagnosticado de hiperostosis, una enfermedad de la que también se adolecen algunas de nuestras mascotas como los perros. Existe un amplio registro de estas paleopatologías inferido a partir del registro fósil. El dinosaurio, aunque muerto entre hace 113 y 110 millones de años, fue diagnosticado de una dolencia similar a la hiperostosis, una enfermedad que también pueden sufrir algunas de nuestras mascotas como los perros.

P: ¿Existen evidencias de comportamientos sociales complejos en los dinosaurios como el cuidado parental similares a la de los mamíferos actuales?

R: La paleontología y otras disciplinas nos permiten profundizar en el estudio de los fósiles de dinosaurios y detectar evidencias sobre sus conductas gregarias. Sobre el cuidado parental de algunos dinosaurios, Maiasaurus “lagarto buena madre” recuerda al de los actuales Casuarios, incapaces de empollar sus nidos, pero con recursos suficientes para taparlos con hierbas y generar las condiciones de temperatura adecuadas para incubar los huevos. Hay más ejemplos de conducta de cuidado parental asociados a una nidada como el caso de Oviraptor, entre otros.

P: ¿Qué similitudes podemos encontrar entre las estructuras sociales de manadas de dinosaurios y las jerarquías establecidas por las mascotas que viven en el mismo hogar?

R: En numerosos yacimientos paleontológicos del mundo, con buenos ejemplos en España, hay fósiles que evidencian la formación de manadas de dinosaurios. En estos yacimientos se conservan huellas de dinosaurios formando rastros y trazando caminos en paralelo, que nos brindan mucha información sobre su comportamiento en medios naturales. Incluso hay alguna constancia de estructuración social en manada, concretamente sobre algunos yacimientos con huellas de dinosaurios que muestran a los dinosaurios de mayor tamaño cercando el perímetro de marcha en torno a los individuos de menor tamaño (juveniles), un síntoma de protección al hilo del cuidado parental.

P: ¿Cómo se compara la diversidad de especies y la adaptación de los dinosaurios a lo largo de millones de años con la variedad de razas por la cría selectiva?

R: Los dinosaurios dominaron la Tierra durante más de 180 millones de años. Algunas estimaciones realizadas por investigaciones científicas arrojan una cifra media cercana a las 2000 especies de dinosaurios, merodeando nuestro planeta durante ese largo intervalo. En un intervalo mucho más breve y reciente, la cría selectiva vinculada a la domesticación ha acelerado -y en ocasiones acentuado-, razas dentro de una sola especie como el perro (Canis lupus familiaris) que cuenta con más de 300 razas reconocidas según datos de la Federación Cinológica Internacional.

P: ¿Qué lecciones sobre la evolución y la adaptación podemos aprender al comparar las extinciones masivas que afectaron a los dinosaurios con los desafíos de conservación que enfrentan algunos animales? ¿Y en el caso de especies que no están expuestos al medio salvaje?

R: A lo largo del tiempo geológico se han detectado cinco grandes extinciones en masa. Quizá la más conocida es la quinta, que aconteció hace 66 millones de años y puso fin a tres cuartas partes de las especies de plantas y animales en la Tierra despidiendo a todos los dinosaurios no avianos. Hay que ser muy conscientes y realistas sobre nuestra situación actual, y las consecuencias que puede acarrear la contaminación sumada a la progresiva destrucción de hábitats y especies. Jugamos un papel muy importante como catalizadores responsables de una sexta extinción masiva.