Cómo enseñar a mi perro a jugar frisbee
El juego del frisbee consiste en tirar de un objeto, normalmente en forma de plato, para que nuestro perro lo alcance
Este juego fortalece el vínculo con tu perro y da pie a unos beneficios tanto físicos como mentales
Te explicamos los pasos necesarios para poner en práctica esta actividad con tu perro
Uno de los juegos más comunes y rutinarios para jugar con tu mascota, en este caso tu perro, es el del frisbee. Es por todos sabido que los juegos que implican esfuerzo físico e incluso mental son beneficiosos para la salud de nuestra mascota, dado que aporta un buen estado de forma y de inteligencia.
¿Qué es el frisbee para perros?
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El juego del frisbee para perros se remonta a la década de 1970 en Estados Unidos. Este deporte canino surgió como una versión del humano de discos voladores. A mediados de esa década, la empresa Wham-O lanzó el ‘Frisbee for Dogs’ gracias a Alex Stein, un empleado de la compañía. Este, se había dado cuenta de que los perros sentían una fascinación por atrapar discos voladores en la playa. Así, hicieron discos con materiales resistentes y bordes suaves, diseñados específicamente para estos animales y se acabó convirtiendo en todo un éxito.
Como ya imagináis, el juego es simple, consiste en lanzar este objeto a nuestro perro, para que lo coja y nos lo devuelva. Se trata de un juego sencillo y tremendamente efectivo en sus resultados.
¿Qué beneficios tiene jugar al frisbee con nuestro perro?
Debes jugar al frisbee con tu perro por los beneficios que ello conlleva. Es decir, se trata de un juego que implica ventajas para su salud y para su bienestar:
- Mantiene activas sus articulaciones: al perseguir el plato, nuestro perro realiza movimientos que mantienen activas sus articulaciones. Esto es porque el juego hace que corra y salte, contribuyendo así a su salud física.
- Mejora de los reflejos: el perro debe reaccionar rápidamente para atrapar o seguir el frisbee en movimiento. Por tanto, sumamos como beneficios la agilidad y la capacidad de respuesta a estímulos externos.
- Aumento de la atención: no solo tenemos en cuenta su capacidad de reacción, sino también de concentración para seguir el movimiento del disco. De esta forma, mejora su capacidad de atención y evita distracciones fácilmente en su día a día.
- Liberación de adrenalina: al ser un juego en el que el deporte es un punto clave, el perro libera adrenalina. Por ello, si tu mascota es enérgica o demasiado nerviosa, puede liberar todo lo que necesite con este ejercicio. Esto ayuda a que se reduzcan comportamientos no deseados que surgen cuando tu perro se aburre o siente que realiza demasiado poca actividad física para lo que necesita.
Jugar al frisbee es, además de los beneficios nombrados, una actividad perfecta para aliviar el estrés de tu perro de forma divertida.
¿Cómo enseñar a mi perro a jugar al “frisbee”?
A todos nos encantaría ver a nuestro perro saltar y atrapar el frisbee en pleno vuelo, pero siendo realistas, esto no va a pasar a la primera. Si queremos que nuestra mascota se vuelva un experto en este deporte, hay que enseñarle algunas pautas:
- Elige bien el disco: este punto es muy importante. No debemos usar discos duros de personas, sino que lo mejor es conseguir uno diseñado para perros que sea más seguro y suave para él. Puedes utilizar uno rígido o flexible según las necesidades de tu perro.
- Enséñale a atraparlo: ve presentando el frisbee a tu perro, acercándoselo a la boca para que lo coja y se familiarice con él. No lo sueltes de inmediato, enséñale a que debe soltarlo por sí mismo.
- Haz que lo asocie con cosas positivas: Para que tu perro se siga familiarizando con el frisbee, hay que involucrarlo en situaciones positivas. Coloca comida dentro, ponle una golosina encima, arrástralo por el suelo o tíralo en casa para que lo busque.
- Tener un frisbee de recambio: si tu perro no quiere soltar el disco, lo mejor es que tengas otro secundario para usarlo como cebo y que suelte el primero.
- Rodar el disco por el suelo: antes de empezar a lanzarlo por el aire, prueba a hacerlo rodar por el suelo. De esta manera, tu perro empezará a aprender de forma progresiva
- Cuando llegue el momento de lanzarlo, no lo hagas muy alto, empieza cerca del suelo y ya irás incrementando la altura cuando tu amigo empiece a saltar para atraparlo, ¡al principio no esperes que lo atrape en pleno vuelo!
Si va logrando cada paso, es imprescindible que le recompenses con elogios y premios.
¿Se puede practicar el juego del frisbee con todas las razas de perros?
Sí, aunque debes tener en cuenta el tamaño y la fuerza a la hora de elegir el plato y su temperamento a la hora de ponerlo en práctica.
Es muy importante escoger el disco adecuado, esto depende tanto de la raza como de la edad de tu perro. Si es un cachorro, hay discos de un material y tamaño determinado, diseñados específicamente para esto.
Respecto al material de los frisbees, normalmente son de plástico, concretamente polipropileno o polietileno. Como características principales, son ligeros, duraderos y pensados para que faciliten su vuelo y manipulación. Tienen el borde redondeado y suave para que planee de forma eficiente, buscando la seguridad del perro y el dueño.
En el caso de los cachorros o perros con una dentadura más débil, el material es más blando o sensible, para que ellos también puedan realizar esta actividad recreativa.
Para aquellos perros que son más destructivos o con una mordida mucho más fuerte, no solo hay frisbees más duros sino que hay, incluso, discos contra mordidas.
Como dijimos con el juego de tira y afloja, hay que tener en cuenta la salud dental de tu perro: si tiene las encías o los dientes flojos, puede ser importante que acudas a una revisión con su veterinario.
En definitiva, jugar al frisbee no solo es una actividad recreativa para tu perro, sino que le ofrece beneficios muy importantes, tanto físicos como mentales, ayudando a su salud y desarrollando una felicidad en nuestra mascota.