El opositor ruso Alexéi Navalny falleció el 16 de febrero en la prisión ártica Yamal-Nenets, donde fue encerrado por Vladimir Putin en 2021. En ‘Horizonte’ hemos hecho una recopilación de su cronología como opositor del régimen de Putin y el colaborador Antonio López-Istúriz relata uno de los últimos encuentros que tuvo con Navalny, tras el envenenamiento que sufrió en 2020.
Alexéi Navalny comenzó a ser la pesadilla del Kremlin en 2010, cuando creó un blog en el que exponía casos de corrupción del gobierno y las empresas estatales. Tan solo un año después, fue arrestado por primera vez, pero su popularidad se disparó hasta el punto de conseguir ser el número dos en los comicios populares de Moscú.
Fue ese resultado en la capital rusa el que le dio el impulso para anunciar sus intenciones de presentarse a la presidencia de Rusia, pero jamás consiguió materializar su desafío.
Rusia comenzó condenando a Navalny a cinco años de prisión por fraude, una turbia acusación sin pruebas que provocó protestas multitudinarias y la suspensión de la sentencia.
En 2017 fue atacado en la calle con varias sustancias, causándole daños graves en un ojo. Desde entonces su caída en desgracia comenzó a acumular incidentes. Uno de los más mediáticos ocurrió en 2020, cuando fue envenenado con un agente nervioso.
Su condena definitiva le llevó a la cárcel de máxima seguridad Yamal-Nenets, en Siberia, donde ha estado preso hasta el fin de sus días.
En ‘Horizonte’ recordamos a Navalny y el eurodiputado del PP Antonio López-Istúriz recuerda cómo vivieron su envenenamiento en 2020 y asegura que llegaron a recomendarle que no volviera a Rusia, pero que él sostenía que quería seguir luchando por su país.