'Seizenso’ es una palabra japonesa que literalmente significa ‘’funeral mientras estas vivo’’. Esta expresión se convirtió hace unos años en una práctica muy utilizada en Japón y Corea del Sur y ahora se está abriendo paso en países como Inglaterra o Estados Unidos.
Esta práctica consiste en que una persona finge su propia muerte al ser ‘’enterrado vivo’’ con el objetivo de poder despedirse en vida de los seres queridos. Para algunos se trata de una forma de lidiar con la muerte ya que cree que ''puede ayudar a tener una nueva perspectiva de la vida''.
Víctor Amela es una de las personas que ha probado en sus propias carnes el ‘seizenso’ y se ha sentado junto a Carmen Porter en ‘Horizonte’ para hablar sobre su curiosa experiencia cercana a la muerte.
‘’Va a hacer un año ahora, coincidiendo con mi 62 aniversario me sometí a un funeral, a un ritual de enterramiento con un grupo de amigos muy queridos que me mimaron y me brindaron un maravilloso entierro que disfruté enormemente y resucité con ganas de seguir viviendo 40 años más’’, comienza explicando Víctor.
Víctor ha confesado que todo comenzó cuando, con 15 años, decidió jugar a la ouija con un grupo de amigos y, según indica, preguntó a qué edad moriría e indica que la respuesta no le gustó nada:
‘’Me arrepentí después, no lo hagáis en casa. Ese vaso marcó 65, para un chico de 15 años, 65 años es la inmortalidad, es lejísimos (…) Cuando tenía 55 entrevistando a Alejandro Jodorowsky me vino el recuerdo de la ouija y se lo conté y me dijo ‘Víctor, vas a morir a los 65 porque tu inconsciente va a intentar cumplir ese mandato’’.
El invitado ha indicado que fue Alejandro Jodorowsky quien le animó a llevar a cabo su funeral en vida y él siguió sus consejos: ‘’Morí, me tendí en el suelo, encargué a un carpintero que me construyera una caja de mi gusto, le puse una colchoneta agradable para estar cómodo y mis amigos me depositaron suavemente en el fondo de la caja (…) Procuré que tuviera un respiradero’’.
Según indica Víctor Amela, el funeral fue lo más parecido a un entierro real e indica que estuvo rodeado de sus amigos y que incluso un sacerdote ofició la ceremonia. Por otro lado, ha admitido que sufrió un poco:
‘’Cuando me tapan y ya me quedo a oscuras y empiezo a oír las paladas de tierra sobre la caja, durante un segundo me atravesó el pánico, pero entró y se fue. Empecé a gozar, a relajarme y a desear que durase más tiempo’’.
Víctor ha explicado que se emocionó mucho al escuchar las palabras y los llantos de sus amigos y recalca que sus amigos ‘’lo vivieron de verdad’’. Además, ha indicado que cuando salió de la caja ‘’fue muy feliz’’:
‘’Me sirvió para dejar de darle vueltas a la posibilidad de morir a los 65 años, para fortalecer vínculos de amistad con la gente que me quiere y a la que quiero y para dar ejemplo a uno de mis amigos y se anime un día a que también le enterremos a él’’, explica Víctor sobre lo que le aportó la experiencia.