La cita entre Silvia y Félix estaba siendo de lo más plácida y confortable. Los dos se encontraban muy a gusto, parecían tener muchas cosas en común y la conversación fluía con naturalidad. Mientras cenaban, Matías entró a la sala y anunció que iban a poner música para que las parejas pudieran bailar. “Viene muy bien para unir, para juntar y para el amor”, exclamó.
Silvia se quedó un poco cortada y después contó que, como no se lo esperaba, se quedó un poco intimidada. Pero aun así accedió y bailó una cumbia con Félix, con quien estaba teniendo mucha química. Lo que no se esperaba era lo que pasó a continuación... “¡Me ha tocado el culo! Yo pensé que era cosa mía. Me ha tocado el culo y no supe cómo decirle contrólate un poco, pero a ver…”, dijo.
Cuando llegó el momento de la verdad y de decidir si querían tener o no una segunda cita, los dos lo tuvieron muy claro. Félix fue el primero en poner las cartas sobre la mesa: “Me gustaría mucho tener una cita con Silvia. Es una chica muy guapa, simpática y agradable, he estado muy a gusto”.
Silvia coincidió con su pareja de esta noche: “Sí, también me gustaría. Cómo no, claro que sí”, afirmó. Luego se dieron un tímido beso y salieron juntos del restaurante.