Rachel lo dejó todo y se vino a Madrid tras ver la película ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ y desde ese momento menos el amor, lo ha encontrado todo para ser una chica Almodóvar.
Enamorada de Madrid, ha sido vecina de sus barrios más míticos y asegura sentirse como “una gata madrileña, tengo siete vidas”. Eso sí, en el amor no ha tenido mucha suerte y es que ella se considera una “sapiens sexual” y necesita que le seduzcan la mente.
Su cita se llama Pablo, un madrileño que busca a una mujer con “responsabilidad emocional” y que tiene un plan para arreglar el mundo “acabar con el 3% de la población más rica”.