De pequeñita a Ana le contaban los cuentos de princesas y siempre ha buscado a su príncipe azul, pero sus príncipes han salido “desteñidos”. No consigue encontrar a un hombre bueno, simpático y generoso que la enamore y Carlos Sobera ha sentido que podía ser su noche de suerte y no se ha equivocado. Quitando un pequeñito malentendido sexual, Javier ha resultado ser su hombre perfecto.
Javier, su cita, lleva solo tres años divorciado y está buscando a una mujer con la que compartir su vida. Ha llegado a ‘First Dates’ hecho un flan, pero al conocer a Ana ha tenido buenas sensaciones y le ha confesado que no había pegado ojo en toda la noche. La primera impresión entre ellos ha sido de pie, pero buena “está bien de altura, de edad, vamos a ver…”.
Su cita ha comenzado despacito. Han hablado de la profesión de él y con el típico tema de la edad. Javier ha tenido miedo de preguntarle a su cita cuántos años tenía, pero él Ana está muy orgullosa de su edad y no ha dudado en decirle que tenía 58 años.
Pasito a pasito, Ana y Javier se han ido descubriendo y han sentido que eran muchísimas las cosas que les unen. A los dos les encanta la música, odian el senderismo y no pisan el gym en ningún momento. Son más de agua y Javier está deseando que su cita le enseñe a hacer esnórquel “es muy bonito, ves el fondo del mar”.
Javier ha querido que buscaba en una pareja Ana y al escucharla decir que buscaba “un complice para sus locuras”, el subconsciente le ha jugado una mala pasada “¿Atarte?”. A Ana le ha entrado un ataque de risa y le ha vuelto a repetir lo que había dicho “adaptarte”, pero él se ha puesto rojo como un tomate y no podía para de reírse.
Sin poderse quitar de la cabeza el momento “atarse”, Javier le ha preguntado a Ana cómo era en el terreno sexual “hay mujeres que a partir de las 50 ya no quieren”, pero ella le ha dejado claro que no iba a responder a esa pregunta en una primera cita y le ha dicho que sí a seguir conociéndose.