Además de por su chaleco de pesca, Erick ha dejado a Carlos Sobera sorprendido con su pelazo y su bigote, pero lo que parecía algo impresionante se ha quedado en nada cuando Sigri, su cita, ha cruzado la puerta del restaurante de ‘First Dates’. Eso sí es un pelazo y lo demás son tonterías.
Aunque a primera vista podría parecer que Erick y Sigri lo único que tenían en común era el pelazo, según han ido sirviéndoles la cena ambos han flipado con el rollazo que tenía la persona que tenían enfrente y con la cantidad de cosas que tenían en común. En modo casi interrogatorio policial, Sigri ha querido saberlo todo de su cita y se ha llevado una gran sorpresa.
No solo les apasiona el mundo de la moda y han planeado como podría ser su propia marca de ropa, si no que ambos en un momento dado de su vida soñaron con ser militares, se prepararon el examen de acceso y querían convertirse en legionarios. No sabemos si son conscientes de que esos pelazos hubieran desaparecido de sus vidas.
Entre ambos han surgido muchas risas y una conexión especial que les ha hecho sentir ganas de volver a tener otra segunda cita. Sí, Sigri ha conseguido que Erick tenga ganas de separarse de su ordenador por unas horas, algo que no parecía nada fácil.