Entre Chus y Julio se ha levantado un muro eléctrico desde el momento que han intercambiado las primeras palabras y aunque él ha intentado romperlo, en el momento que se han tocado, han saltado chispas.
A Julio no le ha gustado que Chus le preguntara por su trabajo “Soy funcionario de los que funcionan” y ha tenido la sensación de que no estaba entendiendo su particular sentido del humor. Él tiene claro que la gente o le quiere o le odia, pero que en este caso no le estaban entendiendo.
En un intento de romper el hielo que se había formado entre los dos, Julio ha tocado la mano de Chus y ha conseguido todo lo contrario. A ella no le ha gustado que la tocara y cuándo ha comenzado a sonar la música en el restaurante y se han puesto a bailar, ha entrado en pánico. Julio se ha acercado a ella y la ha agarrado para bailar juntos, algo que ella no quería que hiciera bajo ningún contexto “A mí el manoseo y el toqueteo no me gustan”. A Chus no le ha gustado que Julio no hablara casi y sí tuviera tendencia a tocarla todo el rato. No quería que la tocara y lo ha pasado realmente mal.