Chema, un sanitario y arrendador mallorquín es el siguiente soltero en pasar por el restaurante de 'First Dates' para ver si prueba suerte y encuentra a su media naranja. Se considera una persona muy noble, bondadosa y cree que eso ha sido su "hándicap" a la hora de encontrar el amor.
Chema ha venido al restaurante sin ningún gusto en particular. "Últimamente ya no estoy pensando que sea de una manera o de otra. Si no que tiene que entrar por el corazón. Ver y después sentir", cuenta a la camarera del programa. Además, él no quiere a una persona obsesiva, malhablada, terca. Alguien, a fin de cuentas, "normal" para el sanitario.
Irina será la cita de Chema, una mujer de 50 proveniente de Estonia que se dedica al mundo de las exportaciones. Nada más entrar, parece ser que su cita ya cumple con los estándares que había contado a la camarera. "Es despampanante. Su entrada fue increíble", cuenta a las cámaras del programa.
Una vez se sientan en la mesa y comienzan a cenar, ambos empiezan a intentar conocerse más a fondo. De hecho, parece que a Irina también le ha gustado su cita. "Es un caballero. Se notaba desde el principio. También sabe comportarse", desvela la soltera.
Sin embargo, mientras siguen disfrutando de la cena, Chema comienza a hablar de lo necesario que es el deporte para él en su vida y los achaques propios de la edad. Algo que no parece gustarle mucho a Irina: "Ha sido como una broma. Primer encuentro para hablar sobre dolores, no hace falta".
"Con Irina hay una barrera que creo que excede inclusive lo idiomático. Que son las formas de culturas diferentes", explica Chema a las cámaras de 'First Dates' qué le está pareciendo su cita mientras cenan.
Una vez terminada la cena, es el turno de acudir a la sala de intimidad total del restaurante de 'First Dates'. Es aquí donde Chema se muestra aún más distante de ella. De hecho, prefiere sentarse en otro sitio en vez de estar al lado de Irina. Además, llega a la conclusión de que tendría que tratar a su cita como "una mujer del Este", algo que parece no gustarle en absoluto.
En cuanto se van a ir del restaurante, Chema tiene el buen gesto de invitar a su cita a la cena y ambos se marchan a la espera de conocer su decisión final: mantener una segunda cita o irse cada uno por su lado.
Durante la cena, Chema se ha puesto una serie de barreras invisibles o "de modales" que le han imposibilitado conocer más a fondo a Irina. En cambio, a Irina, en un principio, le pareció un hombre agradable. Sin embargo, el final que han tenido ha sido un tanto frío.
Sobre si mantendrían una segunda cita, Irina sí estaría dispuesta a querer conocer más a fondo al sanitario. En cambio, Chema solamente volvería a ver a la mujer como amigos. Por desgracia, la llama del amor no ha surgido entre ellos.