Por las puertas de 'First dates' ha aparecido Miguel Ángel, un camarero y artista de 37 años que ha venido buscando a un hombre carismático, pero a la vez centrado. El programa le ha hecho caso y Carlos Sobera ha recibido en la entrada a Rubén, otro camarero de 38 años.
"Soy más garrulo que 'marimacarra", se ha definido Rubén antes de hablar con Miguel Ángel. Las primeras impresiones no han sido muy buenas por parte de ambos. "Me gustan los hombres un poco más rellenos, no tan flaquitos", ha explicado Rubén sobre el físico de su cita.
Al mismo tiempo, Miguel Ángel también ha dado su opinión sobre Rubén: "Tiene pinta un poco de macarrilla, pero se le ve que es buen chaval". La pareja ha comenzado a hablar en la barra del restaurante y ambos se han dado cuenta de que tenían muchas cosas en común: los dos son camareros y son del mismo signo zodiacal.
Después de descubrir que eran virgo, el presentador de 'First dates' les ha invitado a pasar al comedor para empezar a cenar. La pareja se ha sincerado mucho y se han dicho lo mucho que han tenido que trabajar en la vida. "Se le ve que es un chaval currante y que viene de barrio", ha explicado Miguel Ángel.
Por otro lado, Rubén se ha quedado maravillado al saber que a su cita no le gustaba e reggaetón y que tenía su propio estilo. "Vengo de la época de Camela", ha confirmado Miguel Ángel. "Tiene toques de barrio aflamencado. Me gusta que los hombres tengan esa esencia", ha confesado Rubén.
Cuando la cita ha ido avanzando, Miguel Ángel se ha animado a cantarle una canción al restaurante y también se la ha dedicado a Rubén. El artista se ha levantado, ha cogido un micrófono y ha demostrado que tenía una voz maravillosa. Tras terminar la actuación, Rubén le ha comentado a su cita que le había encantado la canción.
La cena ha ido por otros derroteros y ambos han sacado el tema del sexo. Miguel Ángel se ha definido como una persona activa y al que le gusta disfrutar. Por otro lado, Rubén le ha confesado que él quiere ir más despacio, ya que el sexo por el sexo no le gustaba del todo: "Soy más cariñoso, me gusta el piano, piano".
Tras esto, Rubén le ha contado que él es como un huevo Kinder y Miguel Ángel le ha vacilado un poco: "Me he quedado con la curiosidad de si tenía sorpresa o sorpresón". Cuando ya iban por el postre, la chispa ha saltado entre ellos al pasar al reservado del programa.
Miguel Ángel le ha dado un beso de vampiro a Rubén. "No me claves el colmillo", le ha advertido Rubén con mucho humor. Miguel Ángel ha creído que Rubén estaba tímido, pero en realidad tenía algo oculto: "En realidad está ahí cortadito, pero tiene que tener más peligro que un semáforo en ámbar". Al final del programa, la pareja ha estado encantada de tener una segunda cita.