Hay personas que encuentran al amor de su vida en la cola de un supermercado o quienes se chocan por la calle con alguien y descubren al mirarse a los ojos que están destinados a estar juntos. Amigos comunes, citas a ciegas, noches de fiesta o incluso en el trabajo… cualquier ambiente puede ser el adecuado para encontrar a su otra mitad.
Para otros la cosa está más complicada y aunque busquen activamente el amor, por ejemplo a través de aplicaciones para encontrar pareja, parece que siempre hay algo que se tuerce, que hace que esas citas a las que acuden con toda la ilusión no salgan todo lo bien que deberían.
La práctica hace al maestro, pero acudir a citas que no salen bien o comenzar a ver a una persona y pronto ver cómo nada termina de funcionar puede resultar muy frustrante. No existe solo un motivo por el que esto sucede, cada persona es diferente y son muchas las variables a tener en cuenta, pero sí que puede haber algunos motivos comunes por los que estas citas no terminan de funcionar.
Hay errores habituales que cometemos y que no deberían formar parte de una primera cita (ni de ninguna). Por ejemplo, la cita seguramente no acabe bien si alguno llega tarde o si está constantemente mirando el móvil, si solo se habla de uno mismo o si en lugar de tener una conversación en la que se muestre interés por los el otro, se espera a que termine ‘su turno’ para contar lo que queremos.
Más allá de estos errores que podemos detectar y evitar si ponemos cuidado, hay ocasiones en las que, a pesar de llegar puntuales, oler bien, comer con la boca cerrada, mostrar interés o tratar con educación a los camareros, las citas no funcionan. Esto puede ser porque el problema sea un poco más profundo y sea necesario hacer un poco de introspección. ¿Haces algo mal?
Uno de los errores más habituales es crearse demasiadas expectativas con la primera cita. Esto no es lo mismo que ilusionarse, que es algo bueno, es crear sobre ese primer encuentro una presión tan grande que es imposible que se cumpla lo que esperamos de ella. Si nos obsesionamos con que esa persona tiene que ser la definitiva y nos planteamos miles de escenarios futuros, es más probable que acabemos decepcionados.
Puede ser que el problema resida en la selección que hacemos a la hora de buscar pareja. Tendemos a buscar a alguien que sea perfecto, que cumpla con todas esas exigencias que esperamos de una pareja a largo plazo, pero eso es un error que puede costarnos muy caro porque la clave no es buscar a alguien que sea perfecto, sino que lo sea para nosotros. La vida no está exenta de problemas y la clave está en encontrar a alguien que nos complemente y nos ayude a sortearlos.
Además, esa exigencia de encontrar a alguien que sea perfecto terminará, una vez más, por generarnos una gran frustración porque puede llevar a hacernos pensar que nunca encontraremos a nadie y eso, cuando estás activamente buscando el amor, puede llegar a ser muy duro.
El miedo es otro de los factores que nos hace fracasar. Algunas veces es a causa de experiencias pasadas, cuando se ha sufrido con anterioridad, tendemos a encarar una nueva relación con pies de plomo, lo que no nos deja disfrutar, dejarnos llevar y ser nosotros mismos del todo.
El miedo al fracaso hace que nos sintamos más pequeños, con menos autoestima y eso se refleja en la manera en la que nos ven los demás. La autoestima es también crucial, porque nos ayuda a sentirnos seguros y cómodos con nosotros mismos y eso hace que lo estemos también con nuestro entorno. Sentirte confortable en tu piel puede ser esencial para conectar con otra persona.
También suele aparecer el miedo al rechazo, a dejar ver una parte de nosotros mismos que nos hace sentir vulnerables e inseguros y por eso tendemos a ocultarla. Esto puede hacer que la otra persona no llegue a conocernos de verdad, no nos mostramos naturales y tal y como somos y eso puede hacer que las citas no salgan bien.
No conviene olvidar que cuanto más nos relacionemos con los demás, mejor nos sentiremos haciéndolo, será más sencillo. Con las citas sucede algo parecido y puede que tengamos que pasar por varias primeras citas hasta encontrar a esa persona con la que podamos sentirnos cómodos desde el principio o que nos ayude a ir lográndolo con el tiempo.