Los zascas de una soltera de ‘First Dates’ a “un macarra de manual”
Descubre cómo el soltero no para de meter la pata en toda la cita: “Te vendes fatal”
Cristina pide a su cita que se interese más por ella y que en la segunda cita no vaya en chanclas con calcetines
La olorosa historia del novio vasco de una soltera de ‘First Dates’ que sorprende a Sobera
Jordi ha llegado a ‘First Dates’ presumiendo de músculos e intentado impresionar a Carlos Sobera con su bíceps. Le ha confesado al presentador que entrena dos horas al día y que intenta tener una fachada de tipo duro para que no se le acerque cualquiera. No hace otra cosa que ir a trabajar y al gimnasio, pero tiene muchas relaciones esporádicas, eso sí, fuera del gym “se va a trabajar”. Cuando queda con una mujer va a tiro hecho y siente que las mujeres se asustan a la hora de tener una relación “me he vuelto como ellas, frío, vacío…”.
El presentador ha querido saber qué necesitaba el soltero para enamorarse de su cita y él ha sido muy claro “que tenga buen culo”. El presentador no daba crédito y llegado afirmar “estoy perdiendo la fe en el amor”, pero Jordi le ha confesado que le habían hecho daño y que se había puesto una coraza.
MÁS
Cristina, al ver a Jordi por primera vez: “Nooo, un macarra de manual”
Cristina, su cita, liga mucho, pero es un poco inocente y se lo cree hasta que “me llevo la santa hostia y veo que van a lo que van, una vez tras otra”. Al ver a Jordi ha exclamado un “Nooo” y es que su cita le ha parecido “un macarra de manual”. Él ha notado muy nerviosa a su cita y no ha dudado en relajarla con un abrazo. A él, le ha gustado mucho la cara de Cristina, le han llamado la atención sus pechos y… “Su culo”.
Ya en la mesa, han comenzado la cita hablando de deportes y Jordi ha sentido que el crossfit que practicaba Cristina “era muy cansada”. Él prefiere el gimnasio y nada de salir por la noche, prefiere más desayunar, un paseíto, entrenar… Aficiones que han hecho pensar a Cristina que era un tipo “viejuno en un cuerpo muy, muy fuerte”.
Cuando la soltera le ha preguntado que qué esperaba de una relación, Jordi le ha contado que era muy enamoradizo y que tenía una fachada de tipo duro. Ella ha sentido que le estaba vendiendo la mato, pero no le gusta juzgar a nadie sin conocerlo de verdad.
Jordi ha querido saber si su cita quería tener hijos y ella le ha dicho que tenía dos, y le ha reprochado que no le estuviera preguntando nada “es verdad, que asco de persona”. A la soltera le parecía “nefasto” que no se interesara nada por ella y ha comenzado a perder los filtros. Él se ha interesado por el tema boda y le ha dicho que no iba con él, y ella lo ha tenido claro “o pasa por el aro o puerta”.
A Jordi le gusta el sexo con brindas y su cita lo ve “muy rudimentario”
El soltero se estaba vendiendo fatal y le ha dicho que no se arreglaba nunca “he ido a restaurantes que flipas de Barcelona con chanclas y calcetines”. En el tema sexual, Cristina le ha dicho que a ella le gustaba “a cuatro patas” y a Jordi no le desagrada, pero él es más de atar y si es con bridas, mejor. Ella alguna vez lo ha probado, pero lo de las bridas le ha parecido un poco rudimentario.
Cristina pidió un locuelo y poco a poco ha ido descubriendo que era “un locuelo”. Ella ha llegado a tener 5 veces sexo en una noche y él le ha dicho que con dos tenía bastante porque se cansaba con facilidad, algo que a ella le ha hecho dudar. En el reservado, Jordi le ha dicho que le había gustado mucho lo que había visto y ella le ha confesado que le había gustado su sinceridad, pero que le había parecido un macarrilla y que no había parado de meter la pata.
A pesar de todo, Cristina cree que todo el mundo se merece una segunda oportunidad “quiero creer que estaba muy nervioso” y le ha pedido dos cosas: que se interesara más por ella y que no apareciera con chanclas con calcetines.