Julián ha entrado en el 8º Aniversario de ‘First Dates’ relinchando y asegurando ser un tipo “activo, fogoso y pasional” en la cama. Se ha puesto el outfit perfecto para enamorarse en uan fiesta de graduación. Es director de arte y guionista, y ha estado más de diez años viviendo en Los Ángeles. Siente que una imagen vale más que mil palabras y le ha enseñado a Carlos Sobera fotos con personajes de la talla de George Lucas o Tom Cruise, para demostrarle que ha cumplido el sueño americano “no doy rico ni famoso, pero he trabajado y me he hecho amigo de mucha gente importante, y me he venido porque he querido”. Ha tenido pareja casi toda su vida y le gustaría que su cita fuera “guapa y simpática”.
Irene, su cita, se define como una friki de corazón “en un baile de graduación me tomaría una copita de más y acabaría bailando break dance en mitad de la pista”. Al verla, Julián se ha acordado el mítico personaje de Austin Powers y con el meñique en la boca ha exclamado un “sí, nena, sí”. Irene ha querido cumplir con todas las tradiciones y le ha pedido a Matías un ponche y nos ha confesado que Julián le había atraído “no le veo el típico musculitos, pero me atrae”.
La cena ha comenzado hablando de hobbies e Irene le ha dicho que le gustaba mucho la jardinería, y él le ha dicho que le despertaban curiosidad os bonsáis. A Julián le gusta leer y ella le ha dicho que compartía su afición y que le llamaba mucho la atención la ciencia “el por qué del sonido, la gravedad, en qué está dividida la materia…”. A Julián le ha parecido muy guapa e interesante.
Julián ha escrito un par de libros sobre sus primeros años en Los Ángeles y sus experiencias musicales, algo que a ella le ha sorprendido muchísimo. Ella acaba de producir tres discos musicales y está a punto de grabar los vídeos musicales “podemos hacer alguna colaboración”. Ninguno de los dos se esperaba encontrar a alguien “tan variopinto”.
Jugando al Rasca del Amor, Irene le ha dicho que podía tener sexo muchas veces en una noche, pero Julián le ha sido sincero “yo tuve una pareja que se corrió 13 veces en una noche, pero yo muchas menos”. Hablando de zonas erógenas, Irene le ha dicho que eso dependía mucho de la persona porque a veces le excitaba más que le acariciaran una mano que le “hicieran un completo”.
En el reservado, Irene se ha venido arriba y le ha demostrado a Julián su arte para el baile y la música. Julián estaba feliz y se ha imaginado con su cita en la cama “lo veo como algo muy factible”. Irene ha tenido la sensación de que todo buen baile de graduación terminaba en beso y se han dado un piquito “lo demás mejor, lo dejamos para la intimidad”.
Julián la encontrado a su reina del baile y viceversa. Los solteros se han coronado y él ha flipado al saber que le sentía “culto”, pero no ha perdido su sentido del humor “parezco el del Burguer King”.