Silvia tiene 46 años, es chilena aunque vive en Barcelona y es auxiliar de medicina estética. Asegura que a su edad es cuando se ha dado cuenta de que ha encontrado el propósito de su vida: la estética, ya que le encanta ayudar a las personas a que se vean bien y se sientan mejor consigo mismas. Está divorciada, tiene una hija y confiesa que también se ha realizado algunos pequeños retoques estéticos, que según ella, no se notan mucho.
En el amor, a Silvia no le ha ido muy bien, su relación más larga duró 9 años y comentaba que le fueron infiel y decía: "Una vez que se pierde la confianza, se pierde todo". Por este engaño, asegura que le cuenta mucho confiar y creer en el amor. Su pareja ideal es un hombre respetuoso, educado y que haya feeling.
Santiago, su cita, tiene 46 años, es argentino, no tiene hijos y vive en Bilbao. Es periodista aunque no ejerce desde hace muchos años y dedica todo su tiempo a una empresa de skate que tiene en Argentina. Es bastante tranquilo, le gusta disfrutar de los planes al aire libre y se considera un fanático de los atardeceres.
La cita entre Silvia y Santiago ha ido bastante bien, aunque Silvia no paraba de hablar y dejaba poco tiempo para hacerlo a Santiago, esto a él no le sentaba mal y hasta le hacía gracia. Entre sus monólogos, Silvia le confesaba a Santiago que su padre había sido futbolista profesional y había jugado con el gran Pelé.
Para finalizar, Silvia confesaba a Santiago, que está estudiando medicina estética a sus 46 años porque ha descubierto que es lo que le hace feliz. Justo sobre esto, Santiago preguntaba a su cita: "¿Tú cómo me ves? qué hago con las bolsitas y eso". Rápidamente, Silvia, utilizando su experiencia en el sector, le recomendaba: "Yo te pondría un poco de botox aquí".