A Cristina le gusta mucho gustar y que la miren, pero es una chica tímida. Le mola el rollo oscuro y la música techno. En el amor le ha ido muy bien porque ha tenido una relación muy larga, pero se terminó por la monotonia. Busca a un chico de su rollo, pero que la cuide y no sea celoso.
Kevin, su cita, tuvo un año de oro y lo dio todo estando soltero, pero el resto del tiempo siempre ha estado en pareja. Al verse, los dos se han llevado una buenísima impresión porque eran del rollito, pero ella se ha desinflado al saber que vivía en Barcelona.
Ya sentados en la mesa, Cristina ha querido saber a qué se dedicaba su cita y él le ha contado que es frutero de día y productor de DJS de noche. Ella ha alucinado al saber que pinchaba techno porque ella tiene mucho peligro “a mí en cuento me tocan las palmas, me lo taconeo”. La soltera le ha dicho que tenía que venir a Madrid de fiesta y él el ha dicho que tenía pendiente ir a Fabrik “eso está al lado de mi casa y voy este finde”, ha terminado ella la frase.
El soltero ha querido saber a qué se dedicaba ella y Cristina le ha sorprendido porque es mozo de almacén de repuestos de coche “y a veces cojo el toro y todo”. Ella ha querido saber cuántos años tenía Kevin y ha encontrado un punto negativo en la cita. El joven tiene solo 26 años y a ella le gustan los chicos más mayores, pero bueno.
Ella le ha confesado que era muy tímida y él ha dudado porque no le gustaría tener a una persona introvertida a su lado, pero Cristina le ha dicho que de fiesta hablaba con todo el mundo.
En el Rasca del Amor, Kevin le ha dicho que en el amor era muy atento, cariñoso, que le gustaba ir a sitios con su pareja y experimentar. Ella le ha dicho que también era muy cariñosa, pero… “no me agobies”. Necesita que su pareja le deje ser libre y él en este momento de su vida necesita “espacio”. Para enamorarse, los dos necestian sentirse valorados y deseados, y estaba claro que en la decisión final se iban a decir que sí.