Ante todo, Carlos David se ama así mismo y se hace el amor porque siente que para estar bien en sociedad hay que querernos mucho. Ha tenido una relación muy larga con la mamá de su hijo, pero se ha relacionado de muchas formas diferentes. Eso sí, está convencido de que en cualquier tipo de relación hay amor porque el amor está en el aire y es necesario para vivir. Busca a una mujer que no sea complicada, pero que tenga un compromiso, una meta a la que llegar. Físicamente le da igual como sea porque todos somos hermosos, en el caso de Matías “muy hermoso”.

Montserrat, su cita, es una mujer romántica y detallista, y algunos le dicen que es “tonta porque lo doy todo y me terminan tomando el pelo”. Al verla, David ha tenido una buena sensación porque ha visto a una chica muy sonriente. Se ha pedido un Martini blanco y David ha decidido copiarla. A ella le ha gustado su pelazo, su sonrisa y su bonita mirada.

Antes de comenzar a cenar, Montse le ha confesado a su cita que se había quedado impactada con él y ha querido saber por qué estaba en España porque su anterior pareja también era de Venezuela y no tenía una buena situación en su país, pero no se imaginaba lo que estaba a punto de escuchar.

David le ha contado que era exiliado político en España desde hacía poco más de una año porque en su país era profesor de universidad e hizo algunas cosas que no gustaron a ciertas secciones del poder. El soltero llegó a ser amenazado de muerte por ambos lados y aunque él asegura echar de menos la adrenalina de salir de casa intentando que no le siguieran y sin saber si iba a volver, prefirió dejar el país para que su mamá estuviera más tranquila.

La soltera le ha escuchado atentamente y al saber que le faltaba adrenalina, le ha propuesto saltar con ella en paracaídas, algo que él ha aceptado encantado. David se ha comido un pelo de su melena y ella le ha propuesto que se hiciera una coleta, algo que el soltero ha aprovechado para poner a prueba su nivel de humor.

Sin cortarse un pelo, David se ha hecho una coleta al revés y ha comprobado que Montse compartía su sentido del humor. De hecho, han decidido compartir los segundos y al ver que ella no entendía por qué no usaban todos los platos, él ha decidido usarlo. Ella estaba encantada con el humor de su cita y él con que ella se riera de sus absurdeces. La química ha surgido.

En el momento de pagar la cuenta, Montse le ha sugerido que pagaran a medias y David le ha dicho que prefería pagar él porque ella iba a pagar el salto en paracaídas al que le había invitado. La soltera ha flipado y se ha quedado paralizada porque ella le había invitado a ir, no a saltar, pero él le ha dicho que era tarde y le tocaba pagar el salto.

A los pocos minutos, Montse se ha dado cuenta de que su cita volvía a estar de broma y ha aceptado la invitación. Ella se lo ha pasado fenomenal en la cita y le ha dado n sí, pero poco a poco “piano, piano”. De momento, se van juntos a saltar en paracaídas y luego ya se verá.