Leyla no se deja morder en su cita en ‘First Dates’: “No he visto a un hombre provocador que quisiera besar”
Juan Carlos busca a una mujer que no sea bajita: “No estoy ya para agacharme”
Juan Carlos esperaba a una mujer más lanzada: “Pensabas que te atrevías con todo”
Juan Carlos ha entrado en ‘First Dates’ dándole un abrazo a Carlos Sobera y se ha presentado como “un profesional como la copa de un pino” de hecho, asegura que tiene medallas y todo por su labor. Las relaciones no le duran más de dos años, algunas por infidelidades y otras porque no les gustan sus aficiones. A él le gusta cantar y el deporte, y puede que eso les asusta.
Es muy exigente, no le gusta nada que le engañen y busca a alguien sincero y buena persona. Físicamente tiene sus estándares, no le gusta que sea muy bajita porque “a mí edad, para agacharme” y tampoco quiere que sea ni muy flaca ni muy gorda “en el punto medio”. Carlos Sobera y Matías han bromeado con él y le ha dicho que parecía que estaba hablando de una hamburguesa “en su punto”.
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Leyla, su cita, es una mujer que lee muchísimo y asegura que por las mañanas prefiere meditar que ver Instagram. Al verla, Juan Carlos se ha quedado completamente en shock y ella ha querido saber por qué había sido. Él le ha dicho que le gustaba mucho lo que veía y Leyla se ha tranquilizado un poquito. Los dos viven en Madrid, pero ella es de Venezuela.
El soltero ha querido saber cuántos años tenía Leyla y le ha vuelto a decir que le gustaba mucho lo que estaba viendo. Le ha contado que había tenido otras experiencias con latinas, pero que no había salido bien. Una era muy celosa y la tuvo que dejar, otra no se comprometía y la otra le puso en una posición en la que llegó a peligrar su vida.
Juan Carlos no se ha casado ni tiene hijos porque es un hombre exigente y busca un compromiso que no ha encontrado. En el reservado, Juan Carlos pensaba que su cita iba dispuesta a todo, pero al ver que le tocaba dejarse moder en el labio, le ha frenado en seco. Él estaba deseando un acercamiento y le ha soltado un “no te voy a hacer daño”, pero Leyla no ha visto enfrente suyo a un hombre provocador al que le apeteciera probar.
Se ha dejado morder un poquito en la mejilla y en el momento de la decisión final le ha dicho que podían ser amigos, pero nada más.