José Luis tiene claro que lo mucho o lo poco que le quede de vida quiere ser feliz al lado de una mujer. Su matrimonio se rompió “por la falta de sexo cuando tienes hijos”. Le ha contado a Carlos Sobera que la cosa se fue apagando poco a poco porque comenzaron la relación muy jóvenes. Eso sí, cuando él le ha preguntado que si la echaba de menos, él lo ha tenido claro “qué va, que la voy a echar de menos”. Después de su matrimonio ha tenido muchas relaciones “en doce años he vivido más en el tema sexual que en toda mi vida entera”.
Le gustaría conocer a una chica que no fuera muy pija ni de pueblo, sería estupendo que fuera una chica sencillita de barrio “yo quiero una chica de diario, pero para los fines de semana”. Mari, su cita, se ha presentado como una mujer que ha tenido muchas peleas porque los hombres se piensan lo que no es al verla detrás de una barra “mi apodo es Mari, la borde”.
Al verla, José Luis ha sentido que estaba muy bien y han comenzado a hablar de forma fluida, y han descubierto que los dos eran de Sevilla, estaban divorciados y eran padres de dos niñas cada uno.
Ya degustando la cena, Mari ha querido saber cómo había sido la vida sentimental de su cita tras el divorcio y José Luis le ha hecho llevarse las manos a la cabeza. El soltero ha tenido cuatro relaciones y asegura que el más momento más feliz de su vida fue cuando se divorció. Desde ese momento ha querido vivir la vida a tope y le ha contado cuál es su relación de pareja perfecta “de viernes, sábado y el domingo nos recogemos. Yo no aguanto a una mujer 24 horas”.
A Mari le ha entrado la risa y no podía creer que le estuviera diciendo en serio que quería una relación de fin de semana. Ante su reacción el soltero ha pensado que Mari buscaba un marido, pero ella le ha dicho que no “estoy separada, gracias a Dios”, pero le ha frenado en seco cuando él ha comenzado a llamarle “cariño”. José Luis se ha quedado un poco chafado “corte de rollo”, pero lo ha entendido y ha cambiado la actitud.
Mari ha intentado marcas distancias, pero él ha insistido y al saber que ella buscaba una relación le ha soltado “pues aquí está papá”. “¿Papá? Papá de tus hijos. He sentido ganas de levantarme y marcharme”, ha asegurado Mair atónita con la situación.
Por si no tuviera bastante, se ha puesto a jugar al Rasca del Amor y José Luis se contestaba solo las preguntas “¿Eres activo o pasivo? Una máquina”. A Mari le ha entrado la risa y ha tenido claro que esa máquina no la quiere probar. A José Luis le gustaría tener un harén, hacer un tren y tener una relación abierta “es un friki, pero friki”.
Al ver que la conversación se frenaba, José Luis ha soltado un “se ha enfriado la cita” y le ha soltado a Mari que sentía que le sacaba 20 años de modernidad y que al ser de pueblo no entendía lo que eran las relaciones abiertas “poco más y me llama paleta”. No podía creer que le estuviera diciendo que las personas de pueblo eran inferiores a las de las ciudades.
En el momento de la decisión final, José Luis le ha dicho que él había estado bien y que le había gustado hasta su carácter, pero ella le ha soltado un “ni muerta ni hecha cachos, como dicen en mi pueblo, tendría otra cita contigo”. Mari no quería volver a ver a José Luis y él ha sentido que igual tenía razón y no estaban hechos el uno para el otro.