A Agustín le gusta ir bien arreglado y a su gusto. Ha venido a ‘First Dates’ muy nervioso, se ha despertado muy prontito y nada más desayunar ha comenzado a realizar sus estiramientos con garrafas. Ha tenido dos relaciones largas, la primera se terminó porque se tenía que acabar y la segunda porque su pareja falleció. Es un hombre de discotecas “me gusta mucho el baile, es un poco puterío, unos van a una cosa y otros a otra”. Le ha contado a Carlos Sobera que hay muchos días que le dan las cinco de la mañana en la pista de baile, pero reconoce que “muchos son babosos asquerosos, te dicen unas barbaridades”. Le gustan las mujeres “rellenitas y con cuerpo de guitarra, aunque ya se sabe que las cuerdas de guitarra te pueden salir caras”.
María Luisa, su cita, se ha presentado como una mujer sincera a la que le gusta decir la verdad y ser espontánea. También le gusta mucho bailar y el destino ha querido juntarle en ‘First Dates’ con alguien con quién ya había bailado. Al ver que su cita era Agustín ha exclamado un “Ay, por Dios” y le ha contado a Carlos Sobera que ya se conocían.
Agustín la había sacado a bailar varias veces en Gijón, pero a ella no le gustaba nada, no es su prototipo de hombre ni habían hablado de nada. Ella ha sentido un qué he hecho yo para merecer esto, pero Agustín estaba encantado porque sentía que él le gustaba a María Luisa y viceversa. Carlos Sobera les ha propuesto continuar con la cita y comprobar por qué el destino les había vuelto a juntar.
La soltera ha querido saber si Agustín no ligaba en el baile y él le ha contado que al baile solo iba a bailar porque ella ya sabía lo que allí se cocía. Los dos se han reído al imaginar lo que iban a pensar sus conocidos al verlos cenando en ‘First Dates’. María Luisa tiene la sensación de que Agustín viste demasiado clásico y le ha recomendado utilizar más pantalones vaqueros y no ir a bailar con jerséis de cuello cisne.
Él estaba contento de haber coincidido con María Luisa, pero ella ha tenido claro que solo se fija en él cuando está bailando con alguna amiga suya y eso que había venido un poco mejor vestido “está un poco más apetecible”.
“Me da igual que camine, flote o no sepa nadar, yo quiero que me haga tilín y no me lo hace”, ha asegurado María Luisa al saber que a Agustín le gusta salir a pasear cada mañana y que en el baile no encuentra a la mujer que busca. Le ha contado que hay mujeres que le dicen “si me invitas a cenar, luego vamos a la cama” y otras que por la tarde están con uno y por la noche con otro. De hecho, le ha contado el caso concreto de dos mujeres de Oviedo “se creen diosas” y María Luisa ha preferido no saber más.
Respecto a lo que buscaban en una relación, María Luisa le ha contado que ella buscaba una relación seria, pero que necesitaba que le gustara el físico de la persona. Él estaba encantado con ella y la estaba viendo mucho mejor que en el baile, pero ella no le ha encontrado a él ningún atractivo.
En el momento de la decisión final, él se ha mostrado dispuesto a volver a cenar juntos, pero ella le ha dicho que solo como amigos o para echar un baile. “Me ha rechazado, mira que lloro”, ha bromeado él.