Pedro se ha presentado en ‘First Dates’ luciendo un bonito pelo morado y asegurando ser “un romanticón, soy muy intenso Carlos”. El presentador no se ha podido contener y ha querido saber lo que todos estábamos pensando “¿Eso se traduce en que eres un pesado?”. El soltero le ha dicho que no tanto, pero que ya no quedaban hombres románticos. Él está buscando a un chico con responsabilidad afectiva y que “le eche cojones a la vida”, tiene claro que no sabemos qué va a pasar mañana y que hay que vivir el momento.
Carlos Sobera ha bromeado con que su cita se llamaba Alejandro e iba a llegar un conquistador a su vida, y no se ha equivocado. Alejandro, su cita, tiene sorprendidos a sus amigos porque a chico que mira, chico que se le acerca. El soltero está convencido del poder de su mirada y ha comprobado que funciona. Al ver a Pedro ha sentido “hay que cambiarle el pelo”, pero no le ha desagradado lo que ha visto. A su cita también le ha parecido que iba a cenar con un chico muy atractivo.
La cena ha comenzado con un poco de timidez, Alejandro estaba intentado intimidar a su cita con la mirada y lo ha conseguido. Poco a poco, Pedro ha ido mirándole a los ojos, pero le ha reconocido que la autoestima no la tiene por las nubes y que está trabajando en ello.
Alejandro le ha contado que llevaba tres años soltero y al saber que Pedro había tenido relaciones cortitas, ha sentido que eso era algo muy típico de Madrid porque hay “excesivo mercado” y al existir tanta oferta la gente no espera ni se compromete porque sabe que hay mucho más fuera para comprar.
El soltero asegura estar en fase de desintoxicación del amor y las redes sociales, está cansado de que la gente no se comprometa, algo que a Pedro también le pasa y que ha llevado a Alejandro ha sentir que su cita tenía muchas heridas abiertas que tenía que cerrar.
En el reservado, Alejandro se ha dejado llevar y ha comenzado a tocarle los muslos y los tobillos a su cita “soy muy tocón”. Para él es importante al contacto físico y no han tardado en llegar los besos, los dos estaban muy cómodos.
En el momento de la decisión final, Pedro ha dicho que sí a una segunda cita, pero Alejandro le ha puesto un pero. Él tiene claro que quiere volver a verle y que van a volver a quedar, pero siente que antes de poder tener una cita y tener algo más, es necesario que los dos sanen los demonios y las heridas que todavía tienen dentro. Una reflexión que ha Pedro le ha parecido estupenda.