Elsa se ha sorprendido con el brillo y la cantidad de cosas buenas que transmitía Pepa, una soltera valenciana que asegura que no para y a la que le gusta estar muy activa y tomar el aperitivo con sus amigas en la ‘terreta’. Sorprende a sus nietos con lo moderna que es y asegura que no se ha casado porque nunca ha sentido algo tan fuerte para atarse a nadie. Busca a un hombre que la quiera, la respete y sea interesante.

Pedro, su cita, es un hombre muy moderno que se adapta a los tiempos. Hace 10 años pasó una época muy mala y desde ese momento su vida cambió para siempre. Al ver a Pepa no ha sentido una gran impresión, pero le ha gustado lo que ha visto y más al saber que eran casi vecinos.

A Pepa le ha sorprendido que Pedro hiciera muchos que no iba a bailar y ha sentido que eso había que solucionarlo porque ella es buena bailarina y podría enseñarle. Él le ha contado que escribía poesía y que acababa de publicar un libro de hecho, había pensado traerle un poema, pero se la había olvidado. Pepa le ha dicho que no se preocupara porque seguro que habría una nueva oportunidad de verse.

Pedro le ha contado a Pepa que hace 14 años que se separó y que sus hijos se quedaron a vivir con él “no les echo de casa ni con lejía”. Ha tenido sus romances, pero no ha encontrado nada serie en este tiempo y le ha explicado que él convivir lo tiene complicado. Pepa lo ha entendido perfectamente y le ha dejado claro que pueden ser amigos, y un día la invita a comer una paella con sus hijos en casa.

Eso sí, parece que van a tener competición de paellas porque los dos aseguran que les salen riquísimas. Al saber que era un año mayor que ella, Pepa le ha dicho que le veía fenomenal y él ha sentido que le estaba tirando los trastos, pero le estaba gustando.

Antes de llegar a la decisión final, Pepa le ha propuesto invitarle a comer cerca de su casa y él ha aceptado encantado. Los dos han sentido que podían seguirse conociendo y disfrutando de unas buenas paellas.