Celia, al ver bailar a su cita en ‘First Dates’: “Parece que tiene un palo por el culo, va a ser una estrellita de mar”
Celia, sobre su aspecto: “Vengo de perra empoderada, pero soy más una perra apaleada”
Héctor canta flamenco: “Dentro tengo un duende que cualquier día puede explotar”
Celia y Héctor querían conocer a alguien del sur: “Tenemos ese calorcito dentro”
Celia ha venido a ‘First Dates’ con escotazo para “marear” a su cita y tiene claro que quiere conocer a un chico con un físico trabajado y a ser posible del sur “de la costa”. César, su cita, es un tipo que canta flamenco y que tiene claro que “dentro tengo un duende que cualquier día puede explotar”. Al verle, Celia ha respirado tranquila porque no era calvo “eso era lo que más miedo me daba”.
A César le ha encantado su estilo y que fuera de Cádiz, y simpática. Le ha contado que él compagina la música con la peluquería, y se ha sorprendido al saber que ella tenía una tienda de ropa. El soltero estaba contento, pero ella ha sentido que le faltaba “un polito o una camisa un poquito más arreglada” por lo menos “la partida de nacimiento la llevaba bien marcada”.
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Ya sentados en la mesa, César le ha confesado a Celia que le gustaba mucho que los dos fueran del Sur porque se notaba ese calorcito de la gente andaluza. A ella también le ha gustado sentirlo y le ha escuchado muy atenta mientras que él le contaba que viene de familia flamenca y que lleva la música corriendo por sus venas.
La soltera le ha confesado que se había vestido de “perra empoderada”, pero que ella era más “perra apaleada” y que no solía arreglarse tanto. A él no le ha importado porque se define como un tipo bohemio que se deja llevar por la vida. Entre ellos ha surgido la conexión y han planeado invitarse a los carnavales de Cádiz y al Feria de Sevilla respectivamente. Celia ha vivido 9 años en Sevilla y no le importaría volver, pero ha sentido que sería César el que se fuera con ella a Chiclana.
A Celia le ha despistado un poco que César no le mirara mucho a los ojos, pero es que él estaba intentado disimular lo mucho que le estaba gustando. Eso sí, cuando ha visto que la cosa podía ser reciproca, no ha dudado en lanzarle algunos piropos que a ella le han encantado.
En el reservado, César se ha venido arriba y ha intentado enseñar a bailar a Celia, pero ella ha sentido que tenía “un palo metido por el culo”, que le faltaba movimiento de cadera y que en la cama iba a ser “una estrellita de mar”, pero ha querido averiguarlo. En las Bolas del Amor les ha tocado un beso apasionado y no han dudado en dárselo.
Eso sí, antes de darse el sí a una segunda cita, ella ha querido saber por qué él no la miraba a los ojos y César le ha confesado que le intimidaba un poquito. Los dos se han gustado y quieren descubrir qué más puede pasar entre ellos.