Patricia ha venido a ‘First Dates’ a jugar su última carta en el amor y se ha encontrado con un cordobés que le ha ganado la partida. Tras una cena llena de piropos y miradas seductoras, los jóvenes se han puesto a bailar pegaditos y han saltado chispas.
Patricia no ha tenido suerte en el amor y antes de tirar la toalla ha querido darse una última oportunidad en ‘First Dates’, busca a un chico educado, respetuoso, moreno, alto, con barbita, tatuado, con rollazo a la hora de vestir… Tiene muy claro lo que está buscando y ha querido dejarle una pista. Le ha entregado a Carlos Sobera un sobre rojo en el que había una foto de ella subida sobre su moto. Siempre le han apasionado las dos ruedas y por fin se ha podido comprar su propia moto.
“Yo tengo un piquito de oro, si yo me quiero comer a una chavala, me la como”, ha asegurado en su carta de presentación Santiago, la cita de Patricia. Le ha contado a Carlos Sobera que no le había ido muy bien en el amor porque es un poco calzonazos y hacen con él lo que quieren además, asegura ser muy empalagoso y eso a las chicas no les termina de gustar. Al abrir el sobre rojo y ver que su cita era una chica motora “se me ha cruzado el cable amarillo” y es que él también es motero y las moteras le vuelven loco.
Ha tenido claro que su cita no podía ser tímida porque “la adrenalina se lleva en la sangre” y al tener a Patricia delante lo ha tenido claro “es un pivonazo”. Le ha gustado su rollo, sus ojos, su vestido, su corte de pelo… Le ha gustado todo de ella.
Santi ha querido saber a qué se dedicaba Patricia y ha descubierto que compartían profesión. La moto no es la 600 que el pensaba, pero ella le ha dicho que estaba mirando para sacarse el carnet y comprarse una moto más potente. Él estaba completamente entregado a la causa y no ha parado de decirle lo guapa que era, Patricia también le ha dicho que él estaba muy bien y se ha encontrado con un “yo sé que soy un bombón”. Santi tiene mucho sentido del humor y lo ha demostrado en mitad de su montón de piropos.
En mitad de la cena, Matías ha pedido a los comensales que se pusiera en pie para bailar agarraditos y Santi y Patricia se lo han tomado al pie de la letra. Los jóvenes se han puesto a bailar pegaditos, pegaditos y la temperatura de la cita se ha disparado. Santi estaba que echaba fuego “Soy bastante cerdo y cuando una chavala me gusta y me tira más de la cuenta…” y ella ante sus intenciones ha soltado un “Niño, que me voy a derretir”. Los solteros han protagonizado uno de los bailes más calientes y sensuales visto en el restaurante, y es que “Sin cámaras eso hubiera ardido”.
Tras sentir las chispas de la pasión durante su baile en el salón, Santi y Patricia se han tomado el postre en el reservado y se han conocido un poquito mejor. El destino ha querido que se dieran un beso en la nuca y él se hiciera el despistado para que ella le robara un beso, pero la sevillana se ha hecho de rogar un poquito y no se lo ha puesto nada fácil.
En el momento de la decisión final, ambos han tenido claro que se querían ir conociendo, pero ella le ha dicho que poquito a poquito, eso de irse ya para Sevilla de golpe, no, “lo vamos viendo”.